Las calles de Navojoa

Disposición esperada

Por: Gerardo Armenta

Las calles de Navojoa (o algunas de ellas, mejor dicho) están siendo objeto hoy de un proceso de rehabilitación. Tal disposición del Ayuntamiento local no pudo ser más necesaria y oportuna en esta coyuntura. Porque no puede ignorarse que todo el entramado vial de la Perla del Mayo se encontraba en una situación verdaderamente lamentable.

De ninguna manera sería exageración afirmar que los baches y hoyancos citadinos estaban por todos lados en el ámbito urbano navojoense. De una u otra manera la situación respectiva se dejó crecer hasta que debió tornarse insostenible para el criterio de las autoridades locales. En cambio, la población navojoense en su conjunto arribó a esta misma conclusión de buenas a primeras.

La verdad es que llegó un momento en que el descrito estado de cosas adquirió visos insostenibles. Por desgracia, en ninguna parte la ciudadanía tiene formas o maneras pertinentes para exigir o emplazar a las autoridades para que asuman, en impostergable inmediatez, la solución de una problemática como la aludida. Pero es evidente que siempre se genera una coyuntura en la que es preciso enfrentar el quehacer que se ha eludido con más pena que gloria para asumirlo con una razonable eficacia, como está ocurriendo actualmente en Navojoa con la rehabilitación de las calles.

Sin embargo, el problema del problema (planteado de esta manera) es que, como tenía que ser, la mejoría de las calles más averiadas trajo consigo la necesidad de tener que cerrarlas por el tiempo que resulte necesario aplicar esa medida. Las cosas al respecto se complicaron todavía más porque, por ejemplo, nunca se ha avisado (con mínima o razonable anticipación) qué calles y los sectores citadinos a que pertenecen serán objeto de la rehabilitación que ameritan.

Navojoa es una ciudad en la que ya es posible hablar de que en su ámbito urbano ocurre a menudo un cierto caos vial, no necesariamente igual al que se produce en las grandes urbes, aunque sí con el grosor o la intensidad suficientes para llamar la atención. En este esquema, de repente se volvió común que los automovilistas topen con un alto (repentino u obligatorio) porque los trabajos a que se alude obligan a dar reversa con la complicación que ello entraña en las particulares circunstancias descritas.

Es obvio que el mundo no se acabará mañana por la tarde al tener que afrontar lances como los descritos. Pero lo que sí se ha demandado o exigido es que las autoridades se tomen la superior molestia de avisar a la ciudadanía qué calles y cuándo estarán en proceso de mejoría. No debe ser mucho pedir. Aunque para hablar con franqueza, la respectiva molestia ciudadana creció y terminó por llegar a una reunión del mismo Cabildo navojoense. Allí en ese ámbito el regidor Carlos Quiroz Romo expuso la situación que ha venido provocando un caos urbano por los trabajos en las calles de la ciudad, trabajos que por lo visto se llevan a cabo sólo con la buena de Dios sin informar públicamente nada con la debida anticipación.

Por eso estamos como estamos, dirían Los Apson en una de sus célebres interpretaciones. Lo bueno es que, como también suele expresarse, ya se tomaron cartas en el asunto. Ello quiere decir que las autoridades municipales de Navojoa van a informar diariamente del inicio y la duración de los trabajos que tienen que ver con las calles. Pero es preciso resaltar que tuvo que ser necesario que el Cabildo mismo tomara cartas en el asunto para que se le enmarcara en la lógica u obviedad que debió tener desde el comienzo de todo.

Al final, lo positivo es que, como queda de manifiesto, fue posible corregir las anomalías de información que rodearon el tema que se comenta. Por lo demás, cabe reconocer que al circuito vial navojoense no le caerá mal una manita de gato, algo que buena falta le hace desde ya buen tiempo atrás. La esperanza radica en que los trabajos que se están llevando a cabo muestren por lo menos una decorosa o presentable calidad.

Las calles de una ciudad como Navojoa han representado durante mucho tiempo un problema severo y serio. Por eso su deterioro alcanzó los registros conocidos por propios y extraños. Sin embargo, la buena nueva es que están en proceso de compostura. Ojalá y los trabajos respectivos se estén haciendo como Dios manda. Es lo menos que puede esperarse…

armentabalderramagerardo@gmail.com

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