Una mirada desde el Turismo Cultural
Por: Jorge Guadalupe Pacheco Fabela
La cultura yoreme mayo posee en sus creencias ancestrales una base muy importante de amor y respeto hacia el medio natural que les rodea, asumen que las plantas tienen un valor de salud, saben que la flora y la fauna les permite subsistir y reconocen que ellos forman parte de la madre naturaleza.
El pasado 22, 23 y 24 de junio se llevó a cabo la fiesta tradicional de San Juan en el pueblo viejo de Navojoa, Sonora. En ella se dieron cita los sanjuaneros, promeseros y fieles devotos del santo patrono de Navojoa, para dar gracias a los milagros o favores recibidos, o bien pedir nuevos favores al santo patrono, además de profesar la Fe con gran pasión.
La tradicional fiesta de San Juan de Pueblo Viejo, es sin duda una alternativa para activar el patrimonio y el turismo cultural en la región, con un enfoque participativo que permita el diseño de estrategias que detonen el desarrollo y su valoración.
Representa un centro de religiosidad popular, es el núcleo en el que se desarrolla “El ceremonial al elemento al agua”, el agua es el elemento purificador, sanador, amoroso, que fecunda la energía vital para el bienestar de los seres humanos, permite reaccionar interiormente las emociones y nos hace sensibles a la vida; por ello para los mayos es el cierre estival del tiempo que eslabona las expectativas de esperas de lluvia para favorecer y beneficiar la temporalidad agrícola en la región.
Propagar la fe de San Juan Bautista para nuestra etnia mayo integra un conjunto de fases que integran el proceso de ceremoniales y rituales de orden sincrético-religioso, tradiciones y costumbres, danzas, música y cantos religiosos que hacen presencia en tiempo y forma preestablecidos para su desarrollo en cada una de las mencionadas fases, son la expresión de carácter simbólico, mágico y mítico, en un marco de paganismo y de religiosidad.
La activación patrimonial y del turismo cultural de la Región del Mayo es una oportunidad para impulsar el desarrollo regional mediante un proceso de revaloración de nuestra cultura, con la plena conciencia y voluntad de los diferentes sectores sociales, desde el ámbito político, empresarial y académico.
La finalidad de diseñar propuestas estratégicas que incentiven y propicien el inicio de un proyecto que permita valorar nuestro entorno cultural en las festividades de semana santa y en cada una de las fases de las fiestas indígenas Mayos, según el calendario mayo, con el objetivo de activar nuestro patrimonio y turismo cultural permanente en la región, es un compromiso de todos los actores sociales y culturales.
Crear sinergia social es un factor clave para diseñar una planificación de acciones responsables y democráticas donde se construya una participación comunitaria e institucional incluyente que permita diversificar las propuestas turísticas con una delimitación concreta que pueda contribuir a la generación de incidencias positiva en el orden social y económico de la región.
La región cuenta con los factores básicos necesarios para consolidarse como ruta turística, mismos que podrían permitir el impulso de proyectos relacionados con comunidades rurales, su pasado histórico y la cultura, entre otras modalidades turísticas que actualmente a nivel global muestran un gran dinamismo.
Promover y difundir rutas turísticas en el marco de nuestras fiestas tradicionales yoremes mayos, permitirá revivir no solo el gran sentido espiritual de nuestra cultura, además de disfrutar la esencia de los ceremoniales y fiestas que representan un sólido medio de cohesión e identidad en cada uno de los pueblos de la región; sin duda alguna son un potencial que requiere ser reconocido y valorado.
En las fiestas indígenas mayos aflora la identidad de los pobladores, y es durante las fiestas cuando los emigrantes regresan y reviven su historia, sus raíces. En nuestra región e pueden diseñar rutas o circuitos culturales que pueden representar un atractivo turístico y una fuente de empleo para los pobladores de la región, integrando nuestra gastronomía, ceremoniales, danzas, historia oral, leyendas y anécdotas, como también visitando los templos misionales.
Preservar, difundir y promover nuestras tradiciones consiste en definir un plan que integre acciones integrales con una metodología académica, que permitan socializar el proyecto con la finalidad de crear un sentido de pertenencia y un pilar sociocultural que brinde conocimiento y una perspectiva equilibrada donde la sociedad en general puede conocer de cerca y en vivo nuestra cultura.
Si bien todos estos datos pueden conocerse a través de libros de cultura regional, museos y fotos, es sólo a través de la activación del patrimonio del patrimonio cultural donde las personas podremos interactuar directamente con esas realidades diferentes a las que uno acostumbra a experimentar, logrando así enriquecer su propia cultura y experiencia personal que nos permita apropiarnos de nuestra esencia, nuestra riqueza cultural.