Construyen un malecón
Por: Gerardo Armenta
La Universidad de Sonora tiene dos sindicatos. Uno está en huelga. El otro estuvo a punto de optar por esta misma decisión. Finalmente rechazó hacerlo. Pero en la Universidad Estatal de Sonora se asumió igualmente una paralización de labores.
Tal es, descrita a grandes rasgos, la situación imperante hoy por hoy en una buena parte del esquema existente en importantes y reconocidas casas de estudios de la entidad. La verdad es que nunca ha sido deseable que instituciones de este nivel escolar paralicen sus labores de una manera tajante (ni de ninguna otra) como la significada por una huelga.
Pero hay que suscribir que este mecanismo o recurso es propio de una ambientación laboral de carácter legal, por lo que resulta entendible que sus beneficiarios (los trabajadores) formulen a su amparo las demandas o exigencias que estimen pertinentes en o para su beneficio gremial. Las huelgas suelen ser reconocidas o sancionadas por autoridades competentes, entendidas como derecho que son de los trabajadores. Y con eso pudiera quedar dicho todo al respecto.
Sin embargo, igualmente hay que reconocer que a menudo las huelgas en casas de estudios superiores generan con rapidez la esperanza general de que sean conciliadas a la brevedad posible. En el caso de la existente en la Unison, puesta en curso por el Sindicato de Trabajadores y Empleados, ha trascendido que se está haciendo el esfuerzo que corresponde para finiquita a la brevedad posible. No puede ser otra la actitud, habida cuenta de todo lo que está en juego en el contexto general de lo que significa una casa de estudios como la Unison.
En un ámbito así es igualmente preciso o exigible, hasta donde lo marque la sensatez, escuchar y atender las demandas sindicales de la mejor manera que lo permitan las circunstancias de una institución de estudios superiores. Por ello, vale tomar nota de que el Sindicato de Trabajadores Académicos de la misma Unison, rechazó el martes declararse en huelga tras alcanzar diversos logros laborales, dicho sea de manera resumida.
Empero, no ocurrió lo mismo en la Universidad Estatal de Sonora, donde el sindicato de la institución decretó la primera huelga que tiene lugar allí en 40 años de existencia como casa de estudios. Sin duda, debió valer la pena incrementar el sentido o valor de esa nota distintiva, pero evidentemente no fue posible lograrlo, en virtud del planteamiento sindical de una serie de demandas económicas que es preciso respetar.
De esta manera, procede esperar que en un tiempo perentorio lleguen a su fin los movimientos de huelga que tienen lugar tanto en la Universidad de Sonora como en la Universidad Estatal de Sonora. Procede que sea así, pero sin demeritar, sino al contrario, las exigencias económicas y laborales de sus trabajadores y empleados.
En Huatabampo, mientras tanto, siguen en cuso dos proyectos de sobrado interés público: uno tiene que ver con el nuevo teatro de la ciudad y el otro se refiere a la construcción de un Malecón en Huatabampito. El tenor de estos proyectos es conocido por la opinión pública sureña.
Del primero se ocupa un denominado Comité en Pro del Teatro Inconcluso de Huatabampo. Con este enunciado queda dicho todo. La novedad al respecto es que dos arquitectos se registraron para elaborar un nuevo diseño del teatro huatabampense. La ciudadanía, en un trámite sin duda novedoso, será la que determine cuál es la mejor propuesta al respecto.
Por lo menos unas mil personas participarán en la consulta que se haga al respecto. Así lo dijo Víctor Julio Blanco Guzmán, presidente del comité a favor del teatro “inconcluso” de la Tierra de los Generales. Cabe señalar que se busca algo distinto a lo que se ha hecho en la materia. Blanco Guzmán señaló que el anterior diseño del teatro tenía un aspecto industrial y sin la capacidad de transmitir los valores culturales y artísticos de Sonora y Huatabampo. Con eso queda dicho todo.
Al mismo tiempo, trascendió que los trabajos de construcción del Malecón de Huatabampito registran un avance del 30%. Se supo igualmente que la obra en sí tendrá una inversión cercana a los 100 millones de pesos. Se estará de acuerdo en que ésta es una cantidad respetable y apreciable. ¿Valdrá la pena aplicarla del todo? El riesgo, por lo visto, es que la obra aludida se convierta en un clásico “elefante blanco”, figura que suele aplicarse a construcciones de carácter público que al final no sirven literalmente para nada.
La prevención al respecto fue planteada por el regidor Jesús Hiram Osuna Morales, quien deseó que el malecón sea terminado y resulte útil, a diferencia de algunas obras inconclusas convertidas en “elefantes blancos”, entre las que citó la llamada Nave Industrial, el Parque Acuático Santa Bárbara, el Teatro Auditorio, entre otras.
El edil Osuna Morales, perteneciente a Movimiento Ciudadano, señaló que ojalá la obra del malecón logre detonar Huatabampito como un punto de atracción no solamente a nivel regional y estatal, sino incluso en otros lugares del país y de Estados Unidos. Y, ciertamente, debe reconocerse que eso es lo que cabría esperar. Pero lo mejor será que primero terminen el malecón y no quede convertido precisamente en eso: un “elefante blanco. Qué necesidad…
armentabalderramagerardo@gmail.com