no faltará entre la lectoría quien recuerde una interpretación de Mike Laure y sus Cometas que decía algo así como “tiburón, tiburón a la vista..."
Por: Gerardo Armenta
En contra de lo esperado y deseable, la existencia de tiburones en aguas del sur de la entidad se mantiene con una vistosidad perturbadora. Al parecer, por una apreciación incorrecta de la situación se quiso dar por cierto que con el arribo del verano los escualos se marcharían del entorno sureño en busca de climas más gratificantes. Ha de reconocerse que no fue así, sino precisamente al revés.
A propósito, no faltará entre la lectoría quien recuerde una interpretación musical de Mike Laure y sus Cometas que a la letra decía algo así como “tiburón, tiburón, tiburón a la vista, bañista”. Uno recordó esta melodía al leer recientemente un oportuno titular periodístico que al pluralizar la situación notificó con toda oportunidad los hechos que se comentan: “¡Tiburones a la vista!”
A la hora de la hora, sin embargo, el riesgo para la vida humana representado por los tiburones va muchísimo más allá de una canción cumbiera o tropical como obviamente es fácil asumirlo. No en balde, entonces, e incluso hasta por elemental y obligado sentido común, la Secretaría de Marina, la Capitanía de Puerto de Yavaros y cooperativas del sur de Sonora, formularon una alerta sobre la presencia de tiburones frente a Bachoco, en el Municipio de Huatabampo.
He aquí el tenor de la notificación correspondiente, la que bien se hará en atender puntualmente por parte de la población en su conjunto. También en lo particular se pidió a los pescadores de la región extremen las precauciones del caso al realizar su trabajo. Esta otra exhortación fue formulada por Ramón Valenzuela Ruelas y Maximiliano Otero Aguilera, dirigentes de la Cooperativa Loma Parda y de la Federación de Cooperativas de Puerto Viejo.
Un relato reciente, con cargo a buzos dedicados a la captura de jaiba, señala que les tocó ver recientemente un tiburón, el cual, en un lance que debió ser dramático (por decir lo menos) los atacó, abollándoles la embarcación en que se hicieron a la mar. Con este episodio queda de manifiesto que, a pesar de todos los riesgos o amenazas latentes, los pescadores sureños seguirán desarrollando su quehacer porque tal es su compromiso de vida, haya o no tiburones de por medio.
El problema es que, por lo visto, los escualos nunca se fueron de las aguas regionales, tal como en un momento determinado se creyó que lo harían. La apuesta o presunción en el sentido de que el calor terminaría por ahuyentarlos, no prosperó ni siquiera por aproximación. No sólo eso, sino que empezaron a reproducirse, lo que significa que se aclimataron a las aguas regionales. Por eso, más vale tomar en cuenta el siguiente dictamen: Los tiburones “ya se hicieron de aquí”. Así lo dijo el líder cooperativista Valenzuela Ruelas.
De este modo, no estará de más señalar en otro género de asuntos que, por ejemplo, en Navojoa hoy por hoy existen edificios o inmuebles que suman décadas de antigüedad. ¿A qué viene la alusión? A un hecho lamentable ocurrido recientemente. Sucedió que la parte superior del edificio de la Cámara Nacional de Comercio se vino abajo. Tal edificio se ubica en el mero centro de la ciudad, es decir, en la esquina de Pesqueira y Obregón. A unos pasos del Ayuntamiento, la Plaza 5 de Mayo, la zona de bancos, el Mercado Municipal.
Ante un hecho tan lamentable y peligroso como el sucedido en el inmueble de la Canaco navojoense, debe ser propio tomar providencias para evitar la repetición de sucesos esa naturaleza. Ayudará en esta dirección atender comentarios del historiador Javier Félix Gastélum, quien dijo que en el municipio de Navojoa existen edificios que tienen de 70 a 100 años de antigüedad. Planteó que estos inmuebles requieren dictámenes susceptibles de garantizar que no les ocurra lo mismo que al edificio de la Cámara de Comercio.
Puso como ejemplo el mercado municipal, cuyo edificio suma casi 80 años de que fue construido. También mencionó el caso de los llamados Multifamiliares del Seguro (así conocidos popularmente), cuya hechura data de los años cincuenta. El historiador Félix Gastélum postuló la necesidad de examinar las estructuras de todos aquellos edificios navojoenses cuya construcción rebasó en años lo que se conoce como vida útil.
Una recomendación como la anterior nunca estará de más. El episodio registrado en la sede de la Canaco navojoense no debería echarse en saco roto. Se evitarían así daños que no tienen por qué llegar a mayores en el ámbito navojoense. Nunca será pecado, sino al contrario, que en un lugar existan edificaciones antiguas, las que habría que ver como motivo de orgullo. Pero no por ello debe permitirse que el día menos pensado colapsen con perjuicios humanos o materiales en los que ni siquiera se valdría pensar. Qué necesidad…
armentabalderramagerardo@gmail.com