En el ámbito estudiantil es un asunto que requiere especial atención y del que se habla poco
Por: Dra. María del Rosario Fátima Robles Robles
En estos tiempos de cambios, ante tantas interrogantes que nos presenta la vida diaria, pocas veces nos detenemos a reflexionar acerca de lo que significa ser joven en la actualidad y las distintas amenazas a las que se enfrentan. Por una parte las y los jóvenes, son la generación más formada de la historia, sobre todo en áreas de tecnología, permanecen más años en la escuela; las redes sociales les permiten comunicarse con amigos, parientes, padres y conocidos; mayores oportunidades para viajar y participar en actividades académicas, cuentan con mayor número de becas para continuar sus estudios, pero por otra parte, están sometidos a nuevas formas de control social; las y los jóvenes son los que emigran buscando una solución a la crisis económica, son los que en mayor número abandonan sus estudios, son los que delinquen o los obligan a delinquir; se enfrentan a un mercado de trabajo con menores sueldos y prestaciones de seguridad social y también son el eslabón más débil del sistema. Aunado a lo anterior, se ven enfrentados a diversos tipos de violencias, que, en los últimos años, se han incrementado no solo en número sino en intensidad.
En esta columna, queremos abordar específicamente la violencia contra la mujer en el ámbito escolar al considerar que es un asunto que requiere especial atención y del que se habla poco. De acuerdo con cifras del SIESVIM (2024) que analiza la prevalencia de la violencia contra la mujer de 15 años o más por tipo de ámbito (pareja, familiar, escolar, trabajo, comunitario), la violencia escolar es el espacio en el que más se ha incrementado la violencia contra la mujer, al duplicar su valor del 2006 al 2021, pasando a nivel nacional del 15.6% en el 2006 al 32.3% en 2021; en Sonora, pasó del 15% en el 2006, 24.0% en el 2016 y 34.7% en el 2021, un incremento del 131%. Este tipo de violencia que sufren las mujeres mayores de 15 años ha sido invisibilizados por las políticas públicas.
Las mujeres estudiantes padecen violencia en el transporte público, en el transporte por aplicaciones, en la escuela por parte de compañeros y maestros, también al trasladarse camino a la escuela o a su casa, siendo este tipo de violencia la de mayor prevalencia y donde las mujeres se sienten más inseguras, sufriendo acoso u hostigamiento sexual.
Las mujeres estudiantes están informadas y saben lo que se requiere, señalan que las universidades y las escuelas de educación media superior que han establecido protocolos, en muchos casos no se llevan a cabo las medidas establecidas, piden que se reconozca que existe el acoso callejero, la violencia en contra de la mujer en las instituciones de educación superior y la inseguridad en el transporte, con la finalidad de que se tomen medidas para prevenirla. Se requiere que las instituciones educativas cuenten con apoyo psicológico, apoyo mutuo, se establezcan redes de apoyo y círculos de confianza. La violencia en el ámbito escolar requiere ser visibilizada con la finalidad de establecer normas más severas para sus perpetradores y atención a las víctimas.
Egresada del Doctorado en Ciencias Sociales de El Colegio de Sonora; línea de investigación: desarrollo económico y exclusión social.
