El sinuoso camino del libre comercio

Fuera del Tratado, hay regulaciones y presiones políticas que obstaculizan a las empresas mexicanas y afectan su desarrollo económico

El sinuoso camino del libre comercio

En la actualidad, cualquier país que se precie de tener prosperidad, necesariamente debe haber participado de manera directa en el intercambio de mercancías con otros países.

También, en conjunto con el crecimiento de su economía, ha buscado la llegada de inversión extranjera, lo que en ambos casos ha impulsado su desarrollo nacional.

En los tiempos actuales, ninguna de estas dos formas de generación de empleo y derrama económica ha dejado de tener vigencia, aunque en ocasiones se diga que la globalización ha terminado.

El entramado productivo y comercial, que abarca desde los mínimos hasta los máximos procesos de producción de bienes y servicios, difícilmente puede desaparecer por una simple declaración.

Desde su creación en 1991, la globalización logró una reconfiguración de la geopolítica mundial y la expansión de los mercados, facilitando la integración económica.

Esto permitió que el mundo se organizara en regiones económicas, siendo la más exitosa por su productividad la de Norteamérica, integrada por Estados Unidos, México y Canadá.

Para México, ha sido complicado formar parte del Tratado de Libre Comercio debido a los desafíos que ha enfrentado, como la desigualdad y la dependencia, lo que ha impactado en el sector agropecuario.

Ha tenido que lidiar con barreras y falta de reciprocidad por parte de Estados Unidos, lo que ha limitado su competitividad y el acceso de su transporte a los mercados, requiriendo ahora que los conductores hablen inglés.

Antes, los vehículos mexicanos no podían transitar por las carreteras estadounidenses por no ser modelos recientes, una condición que no estaba establecida en el documento firmado.

En el sector automotriz, donde México tiene una fuerte presencia debido al Tratado, ha enfrentado obstáculos importantes relacionados con normas de origen, resolución de disputas y regulaciones automotrices.

Esto ha afectado directamente el desarrollo de la industria en el país, generando incertidumbre económica y política, además de los recientes aranceles impuestos.

Fuera del Tratado, también existen regulaciones y presiones políticas que obstaculizan a las empresas mexicanas, impactando su desarrollo económico.

Inicialmente, se pensó que México tendría un crecimiento inmediato al participar en el mercado global.

Sin embargo, la crisis financiera de 1994-1995 evidenció la vulnerabilidad económica del país ante los shocks externos, para los cuales no estaba preparado, debido a su excesiva confianza en este nuevo escenario.

Desde su incorporación al Tratado de Libre Comercio, México ha tenido que afrontar una difícil adaptación económica ante la competencia desigual, la dependencia financiera y los desafíos políticos.

La participación de México en este acuerdo comercial no ha sido fácil, y con la revisión adelantada de 2026 a este año, los desafíos serán aún mayores, debido a la lista de pendientes de sus socios.

Si México no diversifica su producción y mercados, seguirá dependiendo del mercado estadounidense, lo que hará que su camino dentro del acuerdo continúe siendo complicado.

DEL ESCRITORIO

Resulta alarmante que en México se desechen alrededor de 13.4 millones de toneladas de alimentos mientras que 23.4 millones de mexicanos enfrentan inseguridad alimentaria. Es necesario atender las causas estructurales de este problema para evitar su crecimiento. Sin precisarlo, Estados Unidos podría reanudar la importación de ganado mexicano hasta finales de 2025, según la jefa del Departamento de Agricultura estadounidense. Histórica inversión en la tecnificación de los distritos de riego del sur de Sonora por parte del Gobierno federal. Se vislumbra una luz en el camino agrícola que, de mantenerse, podría llevar a la autosuficiencia en producción con buenos precios.