Morena continúa avanzando como partido político, debido a que cuenta con un total de 22 estados gobernados y 60 senadores en la Cámara Alta
El vertiginoso asenso que ha tenido Morena durante los últimos años ha sorprendido a propios extraños ya que, como todos sabemos, su primera elección data del año 2015 cuando obtuvieron resultados para olvido. Sin embargo, tan solo tres años después Morena comenzó una escalada de victorias logrando en sus primeros comicios federales un total de 25 millones de votos para la elección presidencial, así como también, 21 millones votos para la elección de Senadores y Diputados Federales, colocándolo de un plumazo como el principal partido político en nuestro país.
Morena en la actualidad continúa avanzando en algunos aspectos como partido político debido a que, cuenta con un total de 22 estados gobernados por sus siglas y 60 senadores en la Cámara Alta, lo que significa para ellos un colchón bastante sólido como para considerarse nuevamente como el partido hegemónico, puesto que en algún momento ocupo el PRI. No obstante, no todo es miel sobre hojuelas para el partido oficial, esto debido que, si bien es cierto que han logrado victorias importantes en lugares que se consideraban ajenas al proyecto encabezado por el presidente López Obrador, las elecciones intermedias de 2021 pueden ser una prueba de lo que está por venir en el futuro político de México, comenzando por la caída que obtuvieron en los comicios intermedios de 2021 en las que presentaron una disminución del 20% en su votación, es decir, perdieron un total de 4 millones de electores, lo que, en conjunto con sus partidos satélites representó perder la mayoría en la cámara de diputados, negándoles así la capacidad para hacer reformas a la constitución sin previo cabildeo y diálogo con las demás fuerzas políticas. Asimismo, en dichas elecciones se vivió un fuerte retroceso en la base electoral del movimiento encabezado por López Obrador en la Ciudad de México donde la alianza conocida como “Va por México” integrada por PAN, PRI y PRD logró arrebatarle la mayoría de las alcaldías con un total de 9 en contra de las 7 obtenidas por Morena, lo que los coloca en una compleja situación de cara a las elecciones de 2024 donde la hegemonía que había mantenido la izquierda en la capital mexicana parece encaminada a esfumarse después de 27 años de gobiernos consecutivos.
Por si lo anterior no fuera poco, Morena se encuentra también pasando por momentos decisivos para su futuro próximo, esto debido a que, el asenso al poder trae consigo también disputas por las ambiciones personales de muchos de sus miembros, quienes han comenzado a generar fisuras que, si no se resanan con el tiempo suficiente pueden terminar por significar una fuga de talentos que deriven en el prematuro debacle del partido oficial. Evidentemente esto ocurre debido a que, Morena se ha convertido en un “Catch all party” o, mejor dicho, en un partido atrápalo todo, integrado por dos tipos de seguidores. Los primeros, quienes su única mística es seguir los designios de Andrés Manuel López Obrador, no importando si en el pasado fuiste de “x” o “y” partido, si reniegas ante la opinión pública de tu pasado y juras lealtad al régimen para ser parte del festín del poder y sus prebendas. Y, los segundos, miembros auténticos que confían en la manera en que la llamada 4T está llevando las riendas del poder, mismos que, con frecuencia son relevados para hacer uso del poder por los primeros.
Las elecciones de 2024 se encuentran a la vuelta de la esquina, para Morena significan dejar de tener el manto protector del presidente, es cuando veremos verdaderamente de que están hechas las fibras de Morena, se convierten en una institución proveedora de ciudadanos y servidores públicos que incidan de manera positiva en la vida de los demás, o, así como llegaron, se van.