Una de las cuales tiene que ver con la puesta o rehabilitación del cableado eléctrico del Mercado Municipal de Navojoa
Por: Gerardo Armenta
En el sur del estado hay dos obras más “cantadas” que incluso la melodía más popular del repertorio de Los Ángeles Azules o del propio de Los Beatles (los cuales, dicho sea de paso, parece que nunca pasan de moda, sino todo lo contrario). Una de las obras a que se alude es la que tiene que ver con la puesta o rehabilitación del cableado eléctrico del Mercado Municipal de Navojoa. La otra es la que se refiere a la terminación del acueducto Macoyahui-Álamos.
La primera de ellas al parecer tiene avances importantes, según reveló Irma Aurora González Agramón. Hay que asumir que esto debe ser cierto, y máxime si lo dijo, como lo dijo, la presidenta de la Unión de Locatarios del propio mercado. Se está aplicando una inversión de más de 8 millones de pesos. La magnitud de lo que se comenta se advierte más claramente si, por ejemplo, se repara en un dato que viene al caso mencionar a continuación.
Y es el siguiente para su particular información: el propio del cableado eléctrico de Navojoa fue un proyecto que durante más de 30 años se planteó a gobiernos estatales y municipales. “Pero nunca se le dio la importancia y prioridad que ameritaba”, juzgó González Agramón. Procede la pregunta: ¿Debieron pasar más de 30 años para que oficialmente se prestara atención a una obra de primerísimo orden (por todo lo que significa en materia de seguridad) a realizarse prácticamente en el mero centro de Navojoa?
Pues sí. Ciertamente eso fue lo que pasó. He aquí una muestra de lo que suele ser la sensibilidad gubernamental cuando su velocidad es una mera llamarada de petate. En 30 años crece una generación aquí y donde sea. Bueno, entonces vale tomar nota de que todo ese largo tiempo debió transcurrir para que oficialmente se asumiera cambiar el cableado eléctrico del mercado de la Perla del Mayo. A la hora de la hora, lo que debe ser más propio poner de realce es que los trabajos respectivos están en pleno curso y muestran un avance apreciable. En lo dicho: ya era hora.
También ya debe ser hora de que el acueducto-Álamos quede operativamente listo y termine así una larga espera de años que ha debido pasar en el marco de su construcción. Se da por cierto que tal espera podría concluir en el corto plazo. Incluso, ha trascendido que los trabajos respectivos tienen un avance estimado en 98%, lo cual, a ojo de buen cubero, significa que el proyecto respectivo estaría a punto de ser concluido. Sin embargo, no es por nada, pero una afirmación como esta última habría que tomarla con todas las reservas del caso.
No se trata de asumirse como enfadoso aguafiestas nada más porque sí. Bien se sabe que el también popularmente llamado acueducto de Álamos es una obra de gran significación y utilidad comunitaria para la igualmente llamada colonial población sureña. Los hechos al respecto no pueden ser entendidos de otra manera. Y es que, simple o llanamente sea dicho, este proyecto en su inminente conclusión (vamos a decirlo así) significará el arribo de agua a las colonias y comunidades alamenses que hoy, al igual que desde casi tiempo inmemorial, suelen carecer del llamado vital líquido para la existencia.
Luego, entonces, de esta dimensión o significado es la grandiosa esperanza de la población de Álamos ante el acueducto de Macoyahui. Debe ser propio aludir a la inversión tripartita que se ha venido aplicando al respecto: más de 80 millones de pesos para decirlo rápido. Pero los trabajos respectivos debieron ser precisamente más rápidos ante la evidencia de que en Álamos hay actualmente por lo menos 4 mil 500 familias que no cuentan con servicio de agua potable. Ante esta ingrata circunstancia, ¿qué estarán esperando las autoridades para concluir el acueducto? ¿Acaso alguna “grilla” que tenga que ver con las elecciones? Todo puede suceder.
De ser así, convendría recordar que con el agua no se juega. Seguramente no nada más por afán literario se le identifica como el “vital líquido”. Esta es una expresión con significado real o contundente. Por eso tampoco se entiende que por lo menos en 10 comunidades de Huatabampo su población tiene serios problemas de desabasto de agua al complicarse día con día el problema de la sequía existente. Requieren por ello un servicio emergente de pipas.
Una necesidad tan severa como la descrita la tienen en lugares como Loma del Etchoropo, Buiyarumo, El Badburo, Agiabampo, Yavaros, La Escalera, Moroncárit y San Antonio, entre otras comunidades huatabampenses. La situación fue expuesta por Daniel Barrón Torres, dirigente del Movimiento Antorchista del Sur de Sonora. Así están las cosas…
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