Destino de “La Marea Rosa”

PRI y PAN: Difícil Coyuntura

Por: Gerardo Armenta

“La Marea Rosa”. ¿Recuerda usted esta denominación? Generó muchos comentarios antes de las elecciones. Fue así por la capacidad de convocatoria de que hizo gala para lograr grandes marchas y concentraciones ciudadanas, principalmente en la Ciudad de México.

Eso ocurrió por lo menos en cuatro ocasiones. Fue tanto el impacto o la impresión general de esos eventos que hicieron pensar que los resultados electorales harían notar severos descalabros para un partido dominante como Morena. ¿Qué sucedió? Que en la frialdad de los hechos ni siquiera por aproximación se llegó a esa evidencia.

¿Fueron un mero espejismo los eventos de la “Marea Roja” en las céntricas calles de la capital del país y su cierre en el Zócalo antes de las elecciones? No es posible examinar los hechos desde esa perspectiva, por más que de todas maneras no haya a la mano un asidero que más o menos permita entender lo que ocurrió con “La Marea Rosa”. ¿Misterio indescifrable? Quizá no tanto.

La verdad es que sólo los dueños de una gran aptitud para examinar los hechos públicos y sus significados o consecuencias, advirtieron en su momento el tremendo poderío político y electoral que pondrían en juego una candidata presidencial como Claudia Sheinbaum y su partido. Por eso, y ante esta evidencia, ahora en el flanco de “La Marea Rosa” se está anunciando un encuentro el 6 de julio para definir su futuro.

¿Podría pensarse en la eventualidad de un nuevo partido político? No se sabe. Cabe la posibilidad de que “La Marea Rosa” arribe a ese destino. Pero debe señalarse que oficialmente no hay todavía nada al respecto. Aunque cabe pensar que, a pesar de la defunción del PRD, todavía seguirán siendo mucho los partidos políticos existentes en un país como el nuestro.

Sin comparar a nadie con nadie en el esquema de partidos políticos existentes en el país, el PRI y el PAN, por ejemplo, están en el vértice de una difícil coyuntura de vida. Parecería que la reciente elección casi general que se tuvo en el país los dejó un tanto descuadrados o rehenes de un asombro existencial severo. Pero especialmente sus líderes nacionales parecería que están en el plan de que el 2 de junio pasado no fue para ellos más que un sobresalto momentáneo.

Empero, alguien tendría que sacarlos de su equivocación, lo que sea de cada quien. Por eso llama positivamente la atención la actitud que al respecto ha asumido el dirigente priista de Huatabampo. En efecto, Ramón Martín Quiñones Ayala aceptó que el PRI requiere un proceso de análisis y reflexión sobre su pasado, presente y futuro. Admitió que los últimos resultados electorales, tanto a nivel local como nacional, “nos convocan con urgencia a ello”.

Y luego suscribió algo muy importante al considerar que los priistas deben entrar no sólo a un proceso de crítica, sino primeramente de autocrítica. Pidió en este sentido que se escuchen todas las voces. No sólo la de los dirigentes, sino también “la de nuestra militancia y, por qué, la de la sociedad en general”.

He allí, entonces, una serie de planteamientos que un partido como el PRI bien haría en atender en el contexto de una circunstancia como la de hoy, donde parecería que toda su legendaria y hasta mítica trayectoria ha caído en una peligrosa zozobra. En una primera instancia quizá también resultaría hasta exagerado formular apreciaciones como las anteriores.

Pero la verdad es que se trata de apreciaciones más o menos en curso desde que se conocieron los resultados de los comicios de junio. Y, por lo demás, cabe suponer que de una u otra forma que en el priismo en general existe actualmente un estado de ánimo no muy orgánico o estimulante. Y no es para menos, lo que sea de cada quien.

No en balde el dirigente priista huatabampense dijo que en México se están viviendo nuevos tiempos en el ámbito político, electoral y de gobierno. Cabe pensar que esos tiempos en realidad se están asentando porque, la que recién transcurrió y está en curso, es la segunda ocasión seguida que Morena domina el esquema electoral y político del país.

En la contraparte, sus adversarios principales como son PRI y PAN, necesitarán algo más que sacar voluntad de su pasado para volver a los primeros planos políticos del país. Se advierte difícil la situación para uno y otro.

               

               

               

               

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