Las universidades se constituyeron tradicionalmente como centros de formación para las personas en su paso previo a la incorporación al mercado
La obtención de un título universitario confería al poseedor, no sólo la capacidad para el desempeño de una determinada profesión, sino un alto prestigio social. De hecho, en décadas anteriores, los exámenes profesionales eran todo un acontecimiento social, lo que por supuesto, se fue haciendo más común al masificarse la educación.
Actualmente, la universidad va más allá de ser centro de preparación para el desempeño de una profesión. Las escuelas de este tipo se convirtieron en lugares de generación de conocimiento a través de la investigación, en centros para la creación y divulgación de productos culturales y para el debate de los grandes temas de interés local y nacional, e incluso, en unidades de negocios. De ahí las funciones sustantivas de docencia, investigación y difusión. Por ello, el campo universitario requiere de análisis específicos, distintos a los de otros niveles escolares.
Con respecto a cifras relevantes para este sector, el diario El Financiero informó que hasta el año 2017, 33 por ciento de personas en edad de estudiar en universidad, lo estaban haciendo en realidad, y que el 50 por ciento de los egresados afirmaban que la universidad había mejorado en realidad su situación económica. Además, se consultó a una muestra de empleadores, que en un porcentaje superior al 40 por ciento mencionó no haber encontrado el talento necesario.
Por otra parte, en ese entonces se contabilizaban 3800 universidades en el país, mil doscientas de ellas públicas, el resto perteneciente al ámbito privado. De éstas, sólo 103 se someten a altos estándares de acreditación. La mayoría de las otrasson lo que se conoce como “universidades patito”. El término, utilizado en varios contextos, incluido el nuestro, hace referencia a productos de una calidad mínima.
El ámbito académico y social entonces, requieren reflexionar sobre el tipo de formación que ofrecen las universidades, la población atendida y las características de ésta, sus procesos de acreditación y la vinculación con los sectores productivo y social y su impacto en ellos. Un aspecto importante también, es el papel de las universidades privadas, entre la formación de personal calificado y el interés por generar ganancias monetarias.
Un proyecto que genere mejoras a la ciudad pensando en casi veinte escuelas de educación superior,seguramente será de beneficio, mucho más allá del contexto escolar, pero aspectos como el financiamiento, la capacitación y justa retribución a sus trabajadores, en algunos casos, las posibilidades de cobertura y su equipamiento, deben ser considerados, incluso, previamente, porque no son algo resuelto, sino un llamado de atención constante hacia una serie de necesidades a cubrir para elevar la calidad de la educación universitaria y contribuir así a la solución de los grandes problemas de la nación, no sólo en lo laboral, también en lo social y cultural.