Ante un Centro de Salud

Problemas por la crisis

Por: Gerardo Armenta

De buenas a primeras se antojaría suponer o dar por cierto que el hecho no es real. Pero la comprobación surgió casi automáticamente. Se trata de lo siguiente: en Etchojoa existe un lugar llamado Mochiteco Nuevo. Y allí existe también un Centro de Salud.

El único problema es que tal Centro de Salud ha estado cerrado por lo menos durante ¡los últimos 25 años! Cerrado y abandonado, resultaría más propio decirlo. Originalmente se dijo a la población de Mochiteco Nuevo que el Centro de Salud sería atendido por médicos pasantes y que, por supuesto, tendría los medicamentos pertinentes para atender los padecimientos de la gente.

Puro cuento. Ni uno ni otro anuncio se cumplieron en lo inmediato. Y mucho menos con el paso del tiempo. Como queda dicho, el lugar al que se alude tiene 25 años en el más criminal de los abandonos. Es decir, un cuarto de siglo para lo que se guste y mande. Resulta obvio postular que en los discursos oficiales jamás se alude a circunstancias como las descritas. Nadie lo hace en sus disertaciones.

En otro orden de ideas, todo permite suponer que, en efecto, pescadores ribereños del sur de la entidad “están pasando las de Caín” en virtud de la crisis por la que atraviesa la actividad productiva a la que se dedican. La cosa está difícil, se podría decir de esta coloquial manera.

Se trata realidad de una crisis agudizada del sector pesquero sureño. Ha trascendido, por ejemplo, que el quehacer de estos hombres del mar (conocidos como pescadores ribereños) está paralizado, lo cual, quiere decir, llana o dramáticamente, que no tienen trabajo.

Por ello, pescadores ribereños como los descritos se han visto en la necesidad de salir al campo y las ciudades en busca de ocupación. Ellos pertenecen a lugares tan conocidos como Paredón Colorado, Aceitunitas y Paredoncito. Y todo se complicó más a partir del primero de mayo al iniciar la veda de la jaiba, según trascendió. ¿Qué decir ante circunstancias como las descritas? Algo muy simple pero contundente: ¡Así no se vale!

Aunque es preciso reconocer que lo que se llama crisis se extiende cada vez, en desmentido contundente y cotidiano de los dichos que afirman que no pasa nada y que no tiene por qué cundir el pesimismo, más o menos planteadas así las cosas desde una risueña perspectiva. Pero, como siempre las evidencias terminan por desmentir a las palabras más optimistas.

Por ejemplo, en Ciudad Obregón ya quedó claro que, de acuerdo con el claridoso tenor de una información reciente, la falta de circulante propiciada por la contingencia del mercado ante el bajo precio del trigo, se está reflejando en la economía regional. Por desgracia, no podía esperarse otra cosa.

Por lo demás, como bien se sabe en regiones como la del sur, si el campo está en crisis, ello se refleja en todos los sectores económicos. Así lo hizo constar Mario Alberto Pablos Domínguez, presidente del llamado Grupo Tres Valles. Y dijo una gran verdad, en tanto que grupos de comerciantes diversos ya han hecho constar la caída de sus ventas.

Y tal estado de cosas seguramente se complicará todavía más al paso de los días. Ojalá y no suceda así. Pero las aproximaciones al respecto no son optimistas bajo ninguna circunstancia. Sin embargo, confiemos de todas maneras en que los hechos aludidos no pasen más a mayores.

A la hora de la hora, sin embargo, no se trata de buenos deseos, aunque éstos pueden ser útiles para sostener el ánimo en alto. Las cosas están como están y así hay que asumirlas, aunque tampoco sin echarse ruidosamente en brazos del pesimismo desbordado. No se trata, nunca debe tratarse, de que el remedio salga peor que la enfermedad. Cuando eso sucede, acaso ya no haya nada que hacer.

Al final, la situación imperante en el entorno sureño no puede ni debe ser irreversible en sus perniciosos efectos. Políticamente se está hoy por hoy en una coyuntura electoral. La realización de elecciones casi generales en el país, bien puede servir (o debería servir) para matizar o asumir evidencias y contextos problemáticos para que, quienes personifican hoy las diversas candidaturas, afinen las soluciones que pondrían en práctica al ganar las elecciones.

Es probable que planteamientos como los anteriores sean ingenuos y hasta bobos. Pero realmente nunca estará de más (como nunca lo ha estado) esperar que las nuevas autoridades traigan consigo soluciones para problemas como el que tienen en Etchojoa con un Centro de Salud en el abandono desde hace 25 años. Para Ripley…

armentabalderramagerardo@gmail.com

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