Los jóvenes y la política
Por: Gerardo Armenta
Por lo visto, hoy por hoy lo que importa es el proceso electoral venidero y que en cierta forma ya se puso en marcha. Al grueso de la población le interesa seguir el curso de los hechos que tienen lugar en una temporada como la actual y que poco a poco terminarán por multiplicarse hasta alcanzar su apogeo.
Tal es una apreciación que casi siempre termina por ratificarse en los hechos. En un país como el nuestro, una temporada electoral en la que se pone en juego la Presidencia de la República, suele ser un espacio político especial. Interesan los restantes cargos que también pudieran estar en juego. Pero lo primero es lo primero. He aquí una sentencia que por lo visto y sabido también señorea en una actividad como la política.
El caso es que los aprestos respectivos ya están en marcha, más allá o más acá de los que tienen que ver rigurosamente con los partidos políticos y sus candidatos, ubicados ya en tiempos de precampaña, como se sabe. En este marco, por ejemplo, es válido tomar nota de una disposición reciente del Instituto Federal Electoral.
En efecto, el Consejo General del INE dispuso que, las credenciales para votar cuya vigencia vence el 31 de diciembre de 2023, serán válidas para la elección presidencial del 2 de junio. La información respectiva dice que los consejeros aprobaron por unanimidad la extensión de la vigencia de 3 millones 861 mil 567 credenciales, de igual número de ciudadanas y ciudadanos, para garantizar sus derechos político-electorales el día de la jornada electoral.
El propósito de esta medida es reconocible. Se trata, en síntesis, de que el INE salvaguarde el derecho a votar de los mexicanos que por cualquier motivo no puedan actualizar su credencial electoral y así participen en la jornada comicial venidera. He aquí, entonces, una buena disposición.
El propósito tiene que ver con la finalidad de que nadie, en edad para hacerlo, se quede sin votar, así deba presentarse con una credencia que agotó su vigencia. Vale reconocer la utilidad de esta disposición del INE. En una cultura política como la nuestra, hermanada mucho con el abstencionismo, ha de ser importante que el organismo electoral respectivo deje para después cuestiones burocráticas que pueden salvarse sobre la marcha, como tal sería el caso de las credenciales electorales que podrán ser utilizadas con una prórroga en su vigencia.
Y ya que estamos con el INE, puede ser propio subrayar que el Registro Federal de Electores del 7 Distrito (sur del estado) sigue con su campaña de promoción e inscripción anticipada de jóvenes que actualmente tienen 17 años, pero que están próximos a cumplir los 18, incluso el 2 de junio del 2024, día de los comicios. Así reza la información publicada por Diario del Mayo.
En un propósito meritorio, siempre se ha buscado que los jóvenes vayan a votar el día de elecciones. Y todavía más, también ha sido y es insistente la pretensión de que este sector de población se involucre en política más allá de los tiempos electorales. No en balde, por ejemplo, los partidos políticos siempre han tenido en sus organigramas un espacio reservado para los jóvenes. En el PRI se llegó al extremo de hablar de un sector juvenil propiamente dicho.
Sin embargo, lo cierto es que, en términos generales, nunca definitivos o absolutos, los partidos y la política no han sido necesariamente tema para los jóvenes, excepto, quizá, para evidenciarles su rechazo. Por lo demás, no se puede incurrir en el absurdo de afirmar que la política ha sido o es actualmente un terreno en el que la juventud no marca presencia.
Debe ser pertinente una aclaración como la anterior. Con el agregado también de que una cosa es que los jóvenes salgan votar el día respectivo para ello, y otra es que con esa actitud demuestren su interés o involucramiento en quehaceres de naturaleza política. Aunque no puede negarse que el hecho de acudir a sufragar marca en términos generales o convencionales una decisión o simpatía política. Nadie vota pensando sólo en el calor veraniego (se habla del norte del país) que priva el día de la elección.
De esta manera, el de los jóvenes es un conglomerado que los políticos y la política harían bien en llamar a su causa para vigorizarla y dotarla de otra fisonomía. Pero los políticos a la mexicana no son muy dados a evidenciar actitudes de esta naturaleza. Y por eso (valga la socorrida y filosófica frase) estamos como estamos… ¡eh!
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