Colosio, Lomas Taurinas
Por: Gerardo Armenta
Por lo menos en una primera aproximación a los hechos, acaso todo permita suponer que Mario Aburto Martínez obtendrá su libertad en cuestión de meses. Ello ocurrirá eventualmente en mazo del año próximo. Condenado a 40 años de prisión por el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta el 23 de marzo de 1994, entonces candidato presidencial del PRI.
Los hechos ocurrieron en una colonia de Tijuana conocida como Lomas Taurinas. La pertinente historia del caso sacudió enteramente a un país como el nuestro. Llegó a pensarse que por ese hecho, y por otros singularizados por la violencia, como el asesinato, el mismo año de 1994, del dirigente priísta Francisco Ruiz Massieu, el país caería por un despeñadero. No fue así en buena hora.
Aburto negó y aceptó su autoría única en el crimen. Aunque tampoco nunca dejó de especularse a nivel popular con la posibilidad de un segundo tirador, a partir de la evidencia de que Colosio fue víctima de dos disparos. Tampoco escasearon las versiones o habladurías de que Aburto no tuvo nada que ver con el asunto. Una personalidad compleja la suya se prestó sin duda alguna para que tomaran curso las más diversas teorías sobre el homicidio, incluso algunas verdaderamente deschavetadas.
La teoría del segundo tirador se tomó muy en serio. Incluso un modesto priísta de Tijuana (Othón Cortez) debió purgar cárcel por esa presunción, la que finalmente fue desestimada. O si no fue así, por lo menos nunca pudo ser demostrada en hechos. En realidad, en su primera aproximación la pesquisa sobre el asesinato de Colosio quiso ser atribuida a una especie de acción concertada (incluso así fue denominada) planeada y ejercida por un grupo de modestos priístas tijuanenses que por edad y reflejos jamás pudieron involucrarse en el hecho criminal que se les achacó, sin que la acusación llegara muy lejos.
Aburto, por lo demás, fue detenido en el mismo lugar de los hechos, casi inmediatamente después de que Colosio fuera abatido. El día del crimen llegó a Lomas Taurinas después de salir de su trabajo. Allí en ese ámbito se le recordó después por sus dichos de que el haría algo grande, o algo así.
Pero lo curioso es que no sabía cómo llegar a Lomas Taurinas. Preguntó y alguien le dijo qué camión debía abordar. Lo hizo y así fue como se puso en el lugar de los hechos la tarde del homicidio contra Colosio. Por lo visto, no tuvo dificultades para acercarse al candidato presidencial priísta, como tampoco nadie, por lo visto, de la multitud de personas que buscaban saludarlo después de concluir el mitin en Lomas Taurinas.
El problema inmediato suyo es que evidentemente no pudo escapar entre esa aglomeración de personas. Rápidamente fue sometido. Y así inició la que después sería una larga reclusión carcelaria suya. Una reclusión que, según pormenores recientes dados a conocer, estaría a punto de terminar.
De este modo, los hechos de que se dispone son en el sentido de que Aburto obtendrá su libertad a más tardar en marzo del año entrante y puede que antes. El año venidero se cumplirán 30 años del homicidio de Colosio. La información respectiva es contundente: el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal de Toluca invalidó la condena de 45 años de prisión al asesino del ex candidato presidencial del PRI. Y no sólo esto. Porque también determinó volver a dictarle a Aburto una nueva sentencia por el delito de homicidio, con base en el Código Penal de Baja California que estaba vigente al ocurrir el homicidio.
En ese tiempo, la sanción respectiva en aquella Entidad era de 16 a 30 años de cárcel. Si en Baja California Aburto es condenado a la pena máxima, entonces tendrá compurgada su condena el 23 de marzo de 2024. Todo esto inició cuando Aburto obtuvo un amparo a través de un Tribunal Colegiado del Estado de México, el cual invalidó la condena de 45 años de prisión dictada en contra del homicida de Colosio.
Es obvio que decisiones como las descritas no surgieron de la nada. El año pasado, la Fiscalía General de la República planteó reabrir el caso de Colosio con el fin de esclarecerlo del todo. También la Comisión Nacional de Derechos hizo un mismo planteamiento ante las presuntas torturas recibidas por Aburto. Todavía no se conocen mayores reacciones de la opinión pública sobre la puesta en libertad de Aburto. Puede que las haya o no…
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