20 años del Festival Tetabiakte

Si se oficializa el Instituto Municipal de Cultura, con un presupuesto más amplio y seguro, se convierta en un evento más allá de lo local y regional

Por: Jesús Carvajal Moncada

El Festival de Arte y Cultura, Tetabiakte, llegó a su vigésimo aniversario este 2023. En esta edición se hizo un recuerdo y reconocimiento a los iniciadores, así como el nombramiento de ciudadanos distinguido a la maestra Anita López y a la memoria del señor Alfonso Robinson Bours Almada. El evento surgió de parte de la sociedad civil con el propósito de reconocer y difundir valores artísticos y culturales de la localidad, el estado y a nivel nacional. Una idea central también, lo fue que la población en general pudiese tener acceso a las actividades sin que esto le generase un costo, salvo el traslado al lugar de las presentaciones o exposiciones. El escenario central ha sido la plaza Álvaro Obregón, un espacio al descubierto, donde, al expandirse el festival en cuanto a presentación de artistas y cobertura social, recibió a figuras como Eugenia León, Guadalupe Pineda, Óscar Chávez, Horacio Franco, junto a exponentes de Sonora, Sinaloa, Baja California y esta misma ciudad.

Aunque por lo general ha sido la música lo que ha ocupado el lugar estelar en la programación, el resto de las artes han tenido su lugar, al igual que la cultura popular. En determinadas ediciones, los lugares de presentación de actividades se han ampliado, incluso en alguna ocasión, un escenario de menor tamaño se ubicó al lado del principal, que tuvo el nombre de Tetabukito, una idea que recibió críticas en contra al considerarse que daba la impresión de colocar en una categoría inferior en calidad a los números programados en dicho espacio. En otra administración, las actividades se redujeron considerablemente, puesto un día se realizó la ceremonia de inauguración y al siguiente, se hacía la clausura.  Esto indica que no se cuenta con un lapso de tiempo fijo para los eventos.

El que el festival haya llegado a sus veinte años es meritorio, de cualquier forma, ya que su realización conlleva labores de gestión de recursos que no se poseen necesariamente, es decir, no hay un presupuesto fijo, que se sepa, para que el Tetabiakte sea un hecho. A esto se debe la disparidad de días, actividades, e incluso, del nivel de las mismas a lo largo de dos décadas.

La programación tiene que ver con los recursos disponibles, los artistas que se ajusten a éste y que, además, puedan convocar al público esperado. Cantantes como las mencionadas, Pineda y León, junto a Óscar Chávez, y tal vez algunos otros casos, han generado asistencias notablemente mayores al resto de los números programados, aunque el público en mayor o menor medida siempre ha estado presente, lo que indica una identificación del mes de noviembre con actividades artísticas enfrente del Palacio de Gobierno, o por la calle donde se sitúa éste, lugares fáciles de ubicar por la población desde cualquier colonia de procedencia.

El Tetabiakte se debe analizar de acuerdo a las variables que han entrado en juego para su realización, tanto las que le han permitido avanzar, como aquellas que lo obstaculizaron. Tal vez en un futuro, si se hace oficial la apertura del Instituto Municipal de Cultura, sea posible la asignación de un presupuesto más amplio y seguro, y entonces, se convierta en un evento con mayor presencia local, regional y más allá, incluso. Por el momento, desde niños hasta adultos mayores bailaron y cantaron las canciones de los Apson, uno de los números programados este año, en una muestra de algo que sigue siendo evidente: existen artistas que pasan la prueba del tiempo y continúan vigentes indefinidamente.

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