Tras el asesinato de un niño, los habitantes de Rosario, Argentina, tomaron la justicia por su propia mano; se llevaron hasta el inodoro
Por: Ofelia Fierros
Este mediodía, un grupo de vecinos incendió la vivienda de un presunto narcotraficante al que acusan de ser el responsable del crimen del niño Máximo Jerez, de 12 años, asesinado a tiros en Rosario, Argentina.
Los enfurecidos habitantes intentaron entrar y lincharlo durante un incidente violento. En medio de una fuerte operación para evitar que los manifestantes lo atacaran, el sospechoso finalmente fue detenido por la Policía.
Familiares, amigos y vecinos del niño asesinado se encontraban entre los que participaron en los hechos. Algunos de ellos mostraron a las cadenas de televisión las balas de goma que les habían disparado las fuerzas de seguridad. Uno de ellos fue Julio, el padre de Máximo, quien se quejó de que tras el masivo operativo. “Seguro que en un rato lo sueltan”, dijo.
Otras dos mujeres fueron sacadas del lugar luego de que el principal sospechoso, conocido por algunos vecinos como “El Salteño”, fuera trasladado.
Serían la mujer y su hija que forcejearon con los oficiales y se resistieron a subir a la patrulla.
Después de esperar unos 20 minutos, la policía sacó al hijo del hombre, quien vestía una camiseta de Argentina.
La casa ya estaba desocupada cuando los vecinos rompieron las paredes con un martillo, creando agujeros en los muros, puertas y ventanas.
Hombres, mujeres y niños, saquearon la casa del presunto delincuente, de donde se llevaron el refrigerador, colchones y otros artículos como ropa, peluches y muebles, hasta la taza del baño.
