Ahora, los agentes migratorios deberán revisar los celulares de quienes buscan internarse en Estados Unidos; se niegan, no entran
Por: Edel Osuna
Con su implacable política migratoria, Donald Trump busca, según él, la máxima protección para sus gobernados, y ahora va con todo contra quienes han entrado a Estados Unidos legalmente.
Reportes establecen que ahora la mira está enfocada en quienes cuentan con visa de turista y otros permisos, pues los agentes fronterizos están adoptando tácticas más agresivas, denominadas por el gobierno como "verificación mejorada".
En esta verificación en los puertos de entrada se incluye una revisión minuciosa y exhaustiva de teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos, informaron medios estadounidenses.
Las medidas contra los migrantes se han recrudecido desde que el republicano Donald Trump asumió su segundo mandato el 20 de enero de 2025, con la firma de diversas órdenes ejecutivas, entre estas, las que van contra quienes ingresaron ilegalmente al país.
Con esta revisión se otorga a los agentes fronterizos poder amplio para que los extranjeros sean investigados a fondo, así como a quienes están en Estados Unidos.
Al respect, la portavos del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, dijo: "La administración está haciendo cumplir las leyes de inmigración, algo que la administración anterior no hizo".
Entre los países que han reaccionado a esta prácitca se encuentra Alemania, que actualizó sus alertas de viaje, mientras que en el mundo aumenta la percepción de que Estados Unidos persigue a inmigrantes legales por diversos factores.

CASOS DE DEPORTACIÓN INMEDIATA
De acuerdo con medios norteamericanos, ya hay casos de deportación y retención de extranjeros en los puertos fronterizos, como el caso de dos turistas alemanes a quienes se les detuvo por dosd semanas en la frontera sur.
También el de una catedrática de la Universidad Brown, quien fue deportada luego de que agentes fronterizos encontraran en su cellular contenido que vincularon al grupo extremist Hezbolá.
Las medidas han sido rechazadas por diversos organismos de derechos humanos, que advierten que con estas medidas se busca "enfriar el discurso" y vulneran derechos protegidos por la Primera Enmienda.