Osario, evidencia arqueológica de la existencia de Jesucristo

De acuerdo con el registro bíblico, Jesús tuvo hermanos, entre ellos uno llamado Santiago; la inscripción en una caja deja entrever su realidad

Por: Edel Osuna

Por muchos siglos, la ciencia ha refutado la existencia de Jesús; sin embargo, la arqueología podría estar por dar al traste con esta teoría.

De acuerdo con el registro bíblico, en el evangelio de Mateo 13:55, Jesús tuvo hermanos carnales, uno de los cuales se llamaba Santiago, que no fue discípulo, pero sí su seguidor; entonces, qué tiene qué ver Santiago en todo esto.

Hace unos años, fue encontrado un osario, que es caja de piedra en la que, de acuerdo al ritual judío, se colocaban los huesos de un fallecido un año después de que reposaban en una cueva; en ella había unas inscripciones que hacen referencia, precisamente, a Santiago, hijo de José y hermano de Jesús.

Corría 1970, cuando Oded Golan, empresario, ingeniero y uno de los mayores coleccionistas de arqueología bíblica, que nació en Tel Aviv, Israel, compró un cajón hecho de piedra caliza, que tenía unas palabras.

Sin embargo, fue en 2002, cuando decidió mandarlas a estudiar, por lo que Golan contactó a André Lemaire, epigrafista semítico de la Universidad de la Sorbona.

Su idea no era enseñarle nada más el osario, sino también otras piezas de gran valor, pero lo que asombró a Lemaire fue la inscripción, pues decía: “Ya’akov bar-Yosef akhui di Yeshua”, frase que está romanizada, cuya traducción es: “Santiago, hijo de José, hermano de Jesús”.

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Traducida la escritura, durante una conferencia de prensa en Washington DC, el mismo año Lemaire la dio a conocer como la primera evidencia arqueológica de la existencia de Jesús; de ahí el osario fue llevado al Museo Real de Ontari, donde fue exhibido.

Sin embargo, no todos dieron credibilidad a la inscripción; pensaron era obra de falsificadores de antigüedades; también muchos miembros de la Iglesia católica dudaron de su autenticidad, pues echaría por los suelos el dogma de la perpetua virginidad de María, la madre de Jesús.

Luego, en 2003, el osario fue mostrado en el Museo Real de Toronto y fue entonces que la Autoridad de Antigüedades de Israel inició una investigación, para lo cual designó un comité que analizara lo que muchos consideraban una falacia como evidencia arqueológica de la existencia de Jesucristo.

Por otra parte, Oded Golan fue detenido y juzgado por falsificación, proceso que duró más de un año y del que en 2012 fue absuelto del cargo, mas no por comercio ilegal de antigüedades.

No obstante, la polémica por la inscripción continúa hasta nuestros días, pues muchos siguen creyendo que fue hecha en tiempos modernos, en tanto que más la creen real.

De acuerdo con el profesor Gabriel Barkay, la inscripción es auténtica pues fue hecha con un instrumento afilado, como los usados en el tiempo antiguo, además de estar escrita con letras judías.

Asimismo, el osario fue sometido a estudios químicos, que revelaron que hay un microorganismo que tarda cerca de 100 años, como mínimo, para crecer sólo unos centímetros, el cual está presente hasta en la inscripción.

Respecto a su la frase “Santiago, hijo de José” pareciera estar más profunda que la que dice “hermano de Jesús”; sin embargo, no quiere decir que fuera agregada después, ya que la piedra caliza no tiene una dureza uniforme.

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