Los Chicago White Sox han inmortalizado un momento único de su historia con una placa conmemorativa en el sección 140, fila 19, asiento 2 del Guaranteed Rate Field, en honor al Papa León XIV, anteriormente conocido como Padre Bob Prevost.
Ese asiento fue ocupado por el entonces sacerdote durante el primer juego de la Serie Mundial de 2005, cuando asistió al partido junto a su amigo Ed Schmit y su nieto Eddie.
Hoy, casi 20 años después, el lugar se convierte en un símbolo especial tras la elección de Prevost como el primer papa estadounidense de la historia, el pasado 8 de mayo.
El homenaje incluye una instalación gráfica en un pilar del estadio, que muestra al papa saludando y una imagen de la transmisión televisiva de aquel día.
El director ejecutivo de marketing de los White Sox, Brooks Boyer, señaló que también se instalará una señalización permanente en el asiento ocupado por el pontífice durante el histórico encuentro.
"Cuando la gente venga al estadio, es una parte interesante de nuestra historia y van a querer verla", comentó Boyer.

UN PAPA CON AFICIÓN AL BEISBOL
Prevost, un fanático confeso de los White Sox, nació en Chicago y tiene una larga trayectoria como misionero en comunidades empobrecidas.
Su conexión con el equipo va más allá de una simple afinidad: fue parte de uno de los momentos más importantes en la historia reciente del club, cuando los White Sox vencieron a los Astros de Houston 5-3 en ese primer juego, rumbo a una barrida que les dio el campeonato.
Eddie Schmit, quien tenía solo 5 años durante ese partido y hoy administra el negocio familiar de guarderías, recuerda con cariño al hombre que ahora lidera la Iglesia Católica.
"Es un gran tipo, de buen corazón. Ha hecho cosas increíbles en misiones por todo el mundo. Esto va más allá del béisbol", dijo.
Tras la elección de León XIV, los White Sox enviaron una camiseta y una gorra oficial al Vaticano, celebrando esta insólita pero entrañable conexión entre el béisbol y el Vaticano.
