Rubén “Púas” Olivares, una leyenda viviente

Diario del Yaqui estuvo presente en la única pelea que tuvo en Obregón; ahora, el púgil vive feliz al lado de su familia e impulsando su fundación

Por: Oviel Sosa

Hablar de Rubén “Púas” Olivares es referirse a una institución en el boxeo profesional una figura dentro y fuera del cuadrilátero, que marcó un antes y un después en el pugilismo internacional, considerado como el mejor peso Gallo de todos los tiempos.

En Ciudad Obregón estuvo el hijo de la leyenda, Rubén Olivares Jr., quien en entrevista exclusiva para Diario del Yaqui compartió anécdotas, vivencias y pasajes que escribió su padre durante su gloriosa trayectoria que lo catapultó a la inmortalidad en el boxeo profesional.

“De niño, mi papá colgaba un costal de azúcar en la casa de mi abuela y se ponía a boxear”, comentó.

Sin darse cuenta, el boxeo estaba destinado para “El Púas”, quien a temprana edad daba indicios de su don para boxear.

“Antes de ser profesional fue campeón nacional, su primer entrenador fue don Manuel 'Chilero' Carrillo, un señor que le enseñó a respetar las bases del boxeo y brindarse al público”, mencionó.

Rubén Olivares se distinguió por portar un peinado peculiar que le otorgó el apodo con el que se conoció en el mundo del boxeo profesional.

“Mi abuelo, Salomón. le cortaba el pelo tipo cepillo y en la primaria a mí papá le pusieron el apodo que le quedó para toda su vida”, compartió.

Después de firmar actuaciones brillantes en el terreno amateur, “Púas” Olivares debutó a la edad de 17 años. El año de 1965 fue el periodo que vio nacer al nuevo ídolo mexicano. Su primera presentación fue soñada, al ganar por la vía del nocaut, ruta que le dio las victorias en sus siguientes combates, confirmando así el poder que tenía en ambas manos, considerado por muchos expertos en la materia como el poseedor de la pegada más descomunal en la historia del boxeo de paga.

“Tubo grandes combates, pero su primer título fue algo de mucha satisfacción, porque la gente quería algo de alegría después de todo lo que se vivió en Tlatelolco en 1968”, expresó, Rubén Olivares Jr.

En 1969, “El Púas” se convirtió en campeón mundial por primera vez al destronar del cetro al australiano Lionel Rose y así erigirse como el nuevo mandón en peso Gallo. El combate se celebró en el Fórum de Inglewood, California, Estados Unidos.

“Las peleas las mirábamos por televisión. Nos juntábamos toda la familia, las gozábamos, pero las derrotas las sufríamos”, expresó.

Agregó que ser hijo de “El Púas” era un arma de doble filo, porque tenía que lidiar en la escuela con la fama de su papá.

“Tenía que pelearme con los de mi salón, porque me retaban; mi mamá tenía que ir seguido a la dirección”, mencionó.

Rubén “Púas” Olivares tenía 22 años de edad cuando llegó a la cima; su legado lo enmarcó con letras de oro, al ganar 4 títulos mundiales, sostuvo 13 combates de campeonato y dejó una marca de 105 peleas con 89 triunfos, 79 KO, 13 derrotas y tres empates, tras retirarse en 1988 a la edad de 41 años.

En Ciudad Obregón sostuvo dos combates: el primero en 1968 y el segundo el 28 de abril de 1978 contra el “Zurdo” Ramírez ante cuatro mil espectadores, que presenciaron el pleito en el Gimnasio Municipal, cifra histórica para una función de box.

En aquel entonces, Diario del Yaqui tituló: “Esta noche, Olivares contra Ramírez”, en la foto de la nota aparecía “El Púas” y “El Zurdo” frente a frente en el pesaje que se llevó a cabo en el extinto Gimnasio Atlas.

“Mis deseos son ofrecer un gran espectáculo”, declaró para esta casa editorial “El Púas” en ese entonces.

La nota relata que Ramírez no se guardó nada y desde que sonó la campana salió a buscar al “Púas”, a quien arrinconó y lo prendió con un zurdazo para mandarlo a la lona.

“Mi papá me contó que llegó a la esquina y le dijo al manager échame harta grasa; ahorita va ver este chamaco”, recordó.

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En el segundo asalto, Olivares conectó con la izquierda el mentón de Ramírez y lo desconectó para ganar la pelea.

“El muchacho estaba en malísimas condiciones y no traía caso que continuara”, manifestó “El Púas” después de la pelea para Diario del Yaqui.

Para esa confrontación, “El Púas” tenía 31 años de edad y “El Zurdo”, 22; una pelea que duró poco, pero que generó gran emoción en las gradas, así lo proyecta el escrito que se publicó al siguiente día en Diario del Yaqui, titulando la nota “Olivares noqueó en 2 a Ramírez.

El hijo de “El Púas” compartió que su padre se encuentra bien de salud, que vive con su señora, hijos, nietos y bisnietos; “ya está gordo”, comentó con una sonrisa en el rostro.

Actualmente, “El Púas” vive en la colonia Impulsora, en la Ciudad de México, cerca del barrio La Bondojito, que lo vio crecer.

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Olivares está a cargo de una fundación que lleva su nombre, dedicada a ayudar a personas de bajos recursos.

El boxeo es su gran pasión, algo que alimenta al acudir a eventos y funciones cuando tiene la oportunidad; sigue siendo alguien con carisma que conecta con la gente.

“Mi papá opina que actualmente les falta compromiso a los boxeadores para brindarse arriba del ring; sólo buscan el dinero”, finalizó.

Púas Olivares es uno de los 19 mexicanos que se encuentran en el recinto del salón de la fama del boxeo internacional en Canastota, Nueva York, Estados Unidos; también incursionó en el cine participando en varas películas, una de ellas Las glorias del “Púas”, cinta que él mismo protagonizó en 1984.

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