Originario de Sinaloa pero avecindado en Ciudad Obregón, paso a la historia al perder la capucha con El Santo, siendo esta la última que ganó el ídolo
Por: Oviel Sosa
La presencia que formaba "Remolino" formaba un vendaval que cuando se subía al ring sacudía las cuerdas. Ahora el viento que lo envuelve es uno que encierra nostalgia.
Con el antifaz de "Remolino" y sentado en el sillón de su casa, José Palma Melendrez observa la fotografía de cuando combatió con El Santo y perdió su máscara; un pasaje que marcó su trayectoria, pues se desprendió de la tela que se había convertido en su segunda piel por 24 años, pero que con el tiempo asimiló que había sido derrotado por una auténtica leyenda.
“Fue el momento más doloroso de mi carrera, pero fue ante un grande, no era fácil pelear con El Santo porque para que te tomaran en cuenta era porque reconocían tu trabajo”, expresó con emoción en sus ojos.
PASÓ A LA HISTORIA
Tal instante se presentó el 5 de julio de 1981 en la Arena Coliseo de Ciudad Obregón, un evento que quedó grabado en la historia, debido a que fue la última capucha que ganó en su luminosa trayectoria el ícono de la lucha libre mexicana.
Tras quedar con el rostro descubierto, "Remolino" combatió por dos años más hasta que se retiró de los cuadriláteros en 1983 para así, dar fin a una carrera exitosa de 26 años como luchador profesional, tiempo en el que luchó con los máximos exponentes del pancracio mexicano.
En la actualidad, a sus 84 años de edad, José Palma Melendrez recuerda con orgullo y satisfacción la trayectoria que escribió dentro de los cuadriláteros.
SU LUGAR DE ORIGEN
Originario del Magistral, poblado ubicado en el estado de Sinaloa, de infante se mudó a Ciudad Obregón, lugar donde surgió como luchador profesional a la edad de 16 años.
“Inicie bajo el nombre del "Corso", pero un día hubo una función en la Coliseo y no se presentó el luchador Remolino, lo remplacé y desde ese momento adopté el personaje”, indicó.
Coraje, disciplina y pasión por su profesión bajo el nombre del Remolino dejaron huella en cada ring que se paró, pues siempre se entregó al máximo y ofreció un gran espectáculo al entender a la perfección el papel de villano que adoptó al fungir como rudo.
LUCHÓ CON LOS GRANDES
Sus combates despertaron alaridoS en las gradas y le otorgaron el respeto de las leyendas de la lucha libre mexicana.
“Pelié con el Santo, Blue Demon, Mil Máscaras, Tinieblas, Rayo de Jalisco entre otros grandes de la lucha libre mexicana”, compartió.
En la actualidad, en su vivienda ubicada en la colonia Morelos, al poniente de Ciudad Obregón recuerda con emoción su etapa de luchador profesional.
Palma Melendrez se pone el atuendo del Remolino y mira con detenimiento las fotografías que permanecen para la posteridad su etapa de luchar profesional, algo que lo hace recordar que compartió ring con las máximas figuras de la baraja de lucha libre mexicana, algo que lo llena de orgullo.
CONSERVA FÍSICO
El árduo trabajo que hizo en el gimnasio le permitió fabricar un físico resistente que en el presente, a sus más de 80 años de edad se mantiene fuerte y conserva la disciplina de una vida apegada al ejercicio.
De esta manera el señor Palma Melendrez, representa un referente de la lucha libre en Ciudad Obregón, municipio de Cajeme, quien bajo el personaje del Remolino sirvió de inspiración de nuevas generaciones que nutrieron las filas de la lucha libre profesional, pues lo vieron como un ejemplo a seguir.