Doña Josefina es un ejemplo de longevidad, pues su edad rompe con las estadísticas oficiales
Por: Oviel Sosa
Un siglo es una palabra corta que se pronuncia rápido, pero encierra un largo periodo que se compone de 100 años, 10 décadas y 36 mil 500 días, como quiera verlo; sin embargo, pocas personas pueden llegar a esa edad.
Y es que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el promedio de vida en México es de 75 años; sin embargo, Doña Josefina Rojas rompe con la estadística.
Nació el 19 de marzo de 1922 en Ameca Jalisco. En la década de los 70 acompañada de su esposo y su único hijo llegó al municipio de Cajeme con miras en salir adelante.
Su cabello teñido de blanco, manos y piel arrugada es la imagen que proyecta, a la vez que provoca ternura y encierra experiencia.
Entregó su vida al hogar, pues siempre estuvo al pendiente de su hijo y de su esposo, a quienes atendió con amor y de manera incondicional.
Doña Josefina tiene tres nietos, y actualmente vive con su hijo en la colonia Robles Castillo, asentamiento humano ubicado al sur de Ciudad Obregón, Sonora.
Su figura luce encorvada; apoyada en una andadera camina por su casa. Sola se levanta de la cama, ya que es una persona independiente, a pesar de su avanzada edad.
Su vista es envidiable, pues lee sin la necesidad de utilizar lentes, a diferencia de sus oídos, pues la edad los ha degastado al grado que casi no escucha.
“Princesa”, su perrita, se han convertido en su fiel compañera. La mascota se sube a la cama, donde duerme, la apacha y la sigue dondequiera que va, y han creado un hermoso vínculo afectivo.
Al rebasar el siglo de vida, sin duda Doña Josefina es un ejemplo extraordinario de longevidad, quien sonríe a la vida al afrontar su día a día con ánimo y actitud positiva.