Trata de promover una tradición que se ha perdido con el paso del tiempo y el auge de la tecnología
Por: Fabiola Navarro
Son diez años ya desde que Rubén Juárez, emprendió su pequeño negocio de venta de juguetes mexicanos, no únicamente con el fin de obtener ganancias económicas, sino con el objetivo de promover una tradición que poco a poco se ha ido perdiendo con el paso de los años y el uso de la tecnología.
Ubicado por la calle Sufragio Efectivo número 762 de la colonia Electricista, en su pequeño negocio los juguetes de madera, hacen que se respire ese México mágico, lleno de tradiciones, a través de caballitos, futbolitos, comedores y recámaras en miniatura.
Sus coloridas muñecas, evocan cientos de recuerdos para las viejas generaciones que durante su infancia jugaban con ellas, muchas de trapo, otras de porcelana y las más antiguas, de papel maché.
Dentro de su colección particular, Rubén tiene muñecas de papel maché traídas desde Europa y que se fueron mexicanizando con los años.
Otros juguetes didácticos en sus tiempos, con los que se jugaba pero también se aprendía, forman parte de la venta y colección de Rubén Juárez, objetos que para las nuevas generaciones son difícil de maniobrar, quizá porque su habilidad motriz se ha ido reduciendo a consecuencia del excesivo uso de la tecnología y al teléfono celular.