Recuerdan matanza de yaquis

Cientos de indígenas fueron asesinados en el templo de Santa Rosa de Lima, en la cabecera municipal de Bácum

Por: Ana Jusaino

Cientos de cuerpos quedaron dispersados en la antigua Iglesia de Santa Rosa de Lima en Bácum (lago o agua estancada), lugar que fue testigo de uno de los actos más crueles, atroces, descabellados e inhumanos de la guerra entre la Nación Yaqui y el Gobierno de México.

Guadalupe Flores Maldonado, miembro de la tropa yoemia de Loma de Bácum, narró que el año 1868 en la época del presidente Benito Juárez, el Ejército mexicano a través de engaños encerró a más de cien yaquis, provenientes de Cócorit (chiltepín) para después dispararles, prender fuego al templo y causar una dolorosa muerte a niños, mujeres, hombres y ancianos.

Así ocurrió uno de los genocidios que siempre se quedará en la memoria del yaqui, lamentó, y es que anterior al hecho, un grupo de yaquis había tenido un enfrentamiento con militares, quienes mataron a 33 indígenas que huían entre el monte; sin embargo, lograron capturar vivos a otros 33 habitantes de Cócorit.

Flores Maldonado, comentó que seiscientas familias acudieron hasta la cabecera municipal de Bácum, donde estaba ubicado el Ejército mexicano y de esa manera dirigirse en son de paz con el coronel Próspero Salazar Bustamante y conseguir la liberación de los detenidos.

Y para confirmar su rendición, narró que los yaquis prometieron entregar sus armas (150 rifles), aun así, los contrarios hincaron y amarraron de manos a 10 líderes yaquis, para asesinarlos a balazos.

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Las familias y hombres, aún con vida, pero con hambre, cansancio y algunos enfermos, fueron encerrados en la mencionada parroquia, donde fueron obligados a entregar el armamento, no sin antes prender fuego al templo y dispararles con arma de fuego a cientos de yaquis inocentes.

“La mayoría que agarraba el Estado, siempre eran niños, mujeres y ancianos a los jóvenes nunca los pudo agarrar. La mayoría de las mujeres prisioneras estaban heridas o enfermas, los que estaban buenos y sanos no se dejaban agarrar”, mencionó.

Tal acto cruel y despiadado, señaló, fue debido a las intenciones que siempre ha tenido el Estado Mexicano de apropiarse del territorio yaquiy sus recursos naturales, lo que hasta la fecha ha sido motivo de discordia y diálogo entre ambas partes.

Cabe resaltar, que la antigua iglesia estaba construida de carrizo y adobe, explicó Guadalupe Flores, y se ubicaba atrás del templo actual, donde además se encontraban las tumbas de los yaquis asesinados; sin embargo, ahora solo hay edificios de comercios y casas.

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