La Llamada “Novia de Cajeme” conquista y enamora con su belleza al ser un sitio que ofrece múltiples atractivos
Por: Oviel Sosa
Los atardeceres que se aprecian en la Laguna del Náinari son únicos; la composición que se crea entre las pinceladas del sol y las nubes crean una majestuosa postal, imágenes que solo se pueden encontrar ahí y que por su fisonomía sin igual, es la mejor carta de presentación de Ciudad Obregón tanto de quien la visita como quien vive en la localidad a tal grado que es un sitio emblemático, lleno de historia y tradición en el municipio de Cajeme.
¿LAGO NATURAL?
La naturaleza la puso en el radar, pues antes de que se convirtiera en un lago artificial, en temporada de lluvia se formaba un lago natural, el cual permitió que cuando bajaba el nivel de agua acumulada, a su lugar llegaba ganado que aprovechaba el pastizal que crecía en el sitio.
Reses del general Álvaro Obregón acudían al terreno; quien fuera presidente de México tenía una propiedad llamada Hacienda Náinari al poniente del lago en donde hoy se encuentra la entrada al fraccionamiento Los Misioneros al poniente de Ciudad Obregón.
Con la intención de que su ganado tuviera un lugar donde alimentarse y pasear, el militar y político compró el terreno a la compañía Richardson, empresa que era dueña del lugar; tras la muerte del general en 1928, el espacio fue adquirido por el ingeniero Oscar Leite, quien después de extensas negociaciones le vendió al ayuntamiento de Cajeme.
ASÍ SURGE LA LAGUNA DEL NÁINARI
Bajo la gestión de René Gándara, quien fungió como presidente municipal en Cajeme en el trienio que comprendió de 1955 - 1958, se inició con la construcción de un lago artificial para contar con un lugar que tuviera agua durante todo el año al que también se le conoce como "La Novia de Cajeme”.
LA EMBELLECEN
Con la intención de darle un mayor atractivo, a lo largo de los años la Laguna del Náinari ha sido objeto de numerosos cambios, siendo el más significativo el de los dos andadores que se agregaron en el año 2010, durante la administración municipal de Manuel Barro Bargaro en el cual se invirtieron más de 10 millones de pesos.
Tales modificaciones provocaron un cambio significativo en su aspecto iniciando una nueva era en la Laguna del Náinari; estos cambios trajeron mayor seguridad a los visitantes a la vez que se brindó un espacio más amplio a los deportistas y a las familias que suelen acudir a disfrutar de este espacio.
BRILLO MAJESTUOSO
La flora que reúne el lugar otorga una diversidad llamativa y vistosa, entre los árboles que rodean el lago se encuentran álamos, mezquites, sauces llorones y árboles conocidos como lluvia de oro, los cuales visten de gala a la Laguna del Náinari al arroparla con hojas amarillas que iluminan en verano el lugar.
La fauna también cuenta con una amplia variedad de especies entre las que se encuentran patos, aves, peces e imponentes iguanas que cuando bajan de los árboles sorprenden a los visitantes por su tamaño majestuoso y color vistoso.
DELEITE AL PALADAR
Los colores, olores y sabores que se pueden encontrar en la Laguna del Náinari es un distintivo que la convierte en un lugar ideal para disfrutar en familia o con amigos.
El más representativo del lugar son los tradicionales cocos, un platillo imperdible, los cuales cuentan con un extenso abanico de sabores alimentados por la creatividad de sus vendedores, pues los encuentras con camarón, frituras, cacahuates y una gran variedad de ingredientes que los hacen únicos.
REFUGIO DE ENAMORADOS
El panorama que ofrece la Laguna del Náinari crea una atmosfera llena de seducción, pues invita a las parejas a tomarse de la mano, disfrutar del paisaje y estrechar su relación.
En tal sitio las parejas de enamorados aprovechan el espacio para reafirmar o formalizar su relación envueltos por un ambiente de inspiración y motivación.
PROMUEVEN UNA VIDA SANA
El aire fresco y las bellas imágenes que se pueden apreciar en la Laguna del Náinari nutre de energía a las personas que acuden a realizar ejercicio, por lo que este espacio se ha convertido en el favorito de muchos.
El lugar también sirve de escenario de artistas urbanos y artesanos que aprovechan el lugar para promover su talento.
De esta manera la “Novia de Cajeme”, representa un sitio que abraza con su calidez y belleza a las familias y los visitantes que disfrutan de un momento ameno, divertido y productivo en La Laguna de Náinari en Ciudad Obregón.