Su transformación inició en 1957, consolidándose desde entonces como un espacio recreativo y cultural para el municipio de Cajeme
La Laguna de Náinari es uno de los sitios más emblemáticos de Ciudad Obregón, Sonora. A pesar de ser un cuerpo de agua artificial, su historia y significado la han convertido en un punto de encuentro para habitantes y turistas.
Su transformación inició en 1957, consolidándose desde entonces como un espacio recreativo y cultural para el municipio de Cajeme.
HISTORIA DE LA LAGUNA DE NÁINARI
Aunque hoy es una laguna artificial, la zona era originalmente un humedal natural. Historiadores señalan que, en el siglo XIX, ganaderos y campesinos se reunían en este sitio durante la temporada de lluvias para realizar festejos conocidos como "corridas".
El nombre "Náinari" proviene de la castellanización de la palabra yaqui "nátnari", que significa "fogatas", en referencia a estos fuegos encendidos por los vaqueros. A principios del siglo XX, los terrenos pertenecieron a la compañía constructora Richardson y posteriormente fueron adquiridos por el general Álvaro Obregón. Tras su muerte, pasaron nuevamente a manos de una compañía constructora, que conservó la zona como un espacio aprovechado para la siembra y la ganadería.
¿QUÉ ACTIVIDADES SE PUEDEN HACER EN LA LAGUNA DE NÁINARI?
Hoy en día, la Laguna de Náinari se ha convertido en un atractivo turístico donde se pueden realizar diversas actividades recreativas y deportivas, entre ellas:
- Recorridos a pie o en bicicleta.
- Gastronomía local, los cocos en distintas presentaciones son la especialidad de la zona, acompañados de otras botanas típicas.
- Paseo en tren.
- Cafeterías con música en vivo.
- Actividades deportivas, a pocos metros de la laguna, hay un área designada para diversas actividades deportivas, incluyendo paseos en lancha.
- Visitar al Parque Infantil Ostimuri, ubicado a un costado de la laguna, es una opción ideal para familias con niños, ofreciendo juegos y albercas para el disfrute de los pequeños.
La Laguna de Náinari no solo es un espacio recreativo, sino también un sitio cargado de historia y tradición, consolidándose como el corazón de Ciudad Obregón y un referente en Sonora.
