El negocio automotriz generó mayor movilidad a una economía pujante, como la que se estaba gestando en el Valle del Yaqui
Por: Oviel Sosa
En la actualidad la industria automotriz tiene una presencia notoria en Ciudad Obregón, con diversas agencias, lotes o personas que se dedican a la venta de vehículos automotor, lo que ofrece un amplio abanico para quienes buscan adquirir una unidad.
Pero viajemos en el tiempo y situémonos en la década de los 20. En aquellos años en la ciudad no existía un lugar establecido para la compra de un carro, aunque sí había automóviles, pero eran contados y pertenecían a gente adinerada.
EL PIONERO
De los tantos extranjeros que llegaron a la región y se instalaron en Ciudad Obregón, al percibir un espacio que proporcionaba un terreno fértil para el desarrollo, por el impulso que ofrecía la agricultura, motor de la economía, se encuentra el norteamericano James Huffaker, quien se desempeñaba como distribuidor de la marca Ford.
Al arribar y pisar Obregón vio un lugar ideal para expandirse, lo que trajo consigo la venta a escala de automóviles, al fincar la primera agencia de vehículos en esta ciudad, la cual surgió en el año de 1923 y se instaló en la calle Sufragio Efectivo y No Reelección, donde se encontraba la estación de ferrocarril.
La primera agencia de autos era rústica, nada ostentosa, y estaba construida a base de madera.
Libros de historia indican que se enviaban las piezas y después en la agencia se armaban para entregar el auto ensamblado a sus compradores.
Para que el negocio fuera rentable, Huffaker levantaba primero un pedido, y al reunir un número considerable de solicitudes, enviaba por correo la petición y a las semanas llegaban las partes, que después se ensamblaban y se transformaban en un automóvil propio de la época.
La pujante economía que se vivía dio éxito a la agencia automotriz, que aumentó su demanda por clientes que veían en un vehículo en acercamiento a la modernidad.
ABRE SUCURSAL
Cuatro años, después en 1927, James Huffaker abre una sucursal al poniente de donde fincó la primera agencia de autos, la cual se ubicó en la calle Sinaloa y No Reelección.
Construida de concreto, el negocio apareció con mayor fuerza en cuento a su diseño; incluso, soportó misiles que cayeron sobre la edificación, los cuales causaron daños en el techo, a raíz de un bombardeo que se registró en abril de 1929 por parte de aviones del Gobierno Federal que buscaban a integrantes de la llamada “Rebelión Escobarista”, quienes se encontraban en la región.
De esta manera, la primera agencia de autos en Ciudad Obregón llegó antes de que el territorio fuera llamado municipio de Cajeme, hecho ocurrido el 27 de noviembre de 1927, lo que ocasionó mayor conectividad y aligeró el crecimiento de Obregón, que se unió al progreso que otorgó el automóvil.
