La soledad la llevó a un viaje en que halló un corazón; vendió sus pertenencias para vivir en Ciudad Obregón con su pareja
Por: Ana Jusaino
Originaria de Linares, Chile, Teresa Inés Acevedo Muñoz estaba a cargo de un negocio familiar que vendía productos electrónicos y tecnología; sin embargo, al fallecer sus padres y al mudarse sus hijas a Europa, se sintió sola.
Por eso, decidió tomar un viaje cuyo destino era Mazatlán, Sinaloa, y por azares del destino se encontró con Jorge Luis Lizárraga González, un educador jubilado quien en ese tiempo, hace 11 años, arribó a esa ciudad para sepultar a su madre.
“Mis hijas se fueron de Chile, viven en el extranjero, en Europa, tengo dos hijas. Estaba sola y dije: 'éste es mi último tour que hago, Dios'. El destino nos encontró y aquí estamos”, expresó.
Como si se tratará de una película romántica, Jorge Luis, originario de Sinaloa, pero que vive en Ciudad Obregón desde hace 40 años, narró que caminó sobre una de las playas de Mazatlán y al mismo tiempo pensó que su vida no tenía sentido porque hace tiempo se había divorciado y distanciado de su exesposa e hijos.
No obstante, la vida les tenía preparada una sorpresa, pues sin tener la intención de iniciar un romance o tener el deseo de una compañera de vida, se encontró con Teresa, con quien inició una conversación.
Desde ese primer momento sintió una conexión inexplicable con la dama extranjera.
A partir de ahí, Teresa Inés vendió todas sus pertenencias y cambió su residencia a Ciudad Obregón, y aunque por tres años vivieron en Linares, debieron dejarlo porque José Luis extrañaba el clima de Sonora.
Entre sus planes está volver a Chile, pero sólo de vacaciones.
Actualmente Teresa tiene 70 años de edad, y Jorge Luis 74.
