La dolida mujer pide encarecidamente apoyo de personas de buen corazón para traer el cuerpo de su hijo, ya que no cuenta con recursos para ello
Por: Oviel Sosa
Para una madre la muerte de un hijo es algo sumamente desgarrador y, más, cuando está lejos de él, ya que no puede tocarlo, abrazarlo y despedirse antes de su eterno descanso.
Ese amargo escenario es el que está viviendo la señora Alma Robles, madre de Luis Alberto Barraza Robles, de 42 años de edad.
De acuerdo con la señora, su hijo partió hace años a Estados Unidos en busca de una estabilidad económica y desde ese momento lo llevó en su corazón y su mente, deseando que se encontrara bien y saliera adelante.
Desgraciadamente recibió una noticia desgarradora: Luis Alberto falleció el 10 de julio al incendiarse la casa donde vivía; pero la dolorosa noticia vino por partida doble, ya que en el siniestro también murió su nieto.
Doña Alma vive en la comunidad Granja Margen Izquierdo Canal Alto (MICA), asentamiento humano que ubicado al oriente de Ciudad Obregón, una zona que se caracteriza por ser un sitio donde impera la pobreza.
“Tenemos mucho dolor por esta tragedia. Mi hijo era muy trabajador y muy buena persona, no debió morir de esa manera y, menos, junto a su hijo", expresó con profunda tristeza la dolida madre.
Ante tal lúgubre panorama, la señora pide el apoyo de la ciudadanía, pues debe trasladar los restos de hijo a México: “Queremos sepultarlo en una comunidad de Sinaloa, de donde es originario”.
También informó que el cadáver de su hijo se encontraba en la morgue, en el estado de Nuevo México.
Proporcionó el número de cuenta Bancoppel 4169 16 14 06 86 0246 a nombre de Alma Alejandra Chávez Robles, conducto en el cual pueden contribuir aquellas personas que deseen colaborar; además compartió el número celular 64-41-61-64-70 para mayor información.
Finalmente, con el corazón en la mano, Alma Robles pide el respaldo de la generosa población cajemense, así como de las autoridades, pues no pierde la esperanza de tener a su hijo de regreso, aunque sea en un féretro, pues anhela darle cristiana sepultura en su tierra.