El perdón y la justicia a partir de la Revolución Mexicana

Los yaquis en el desierto de Sonora

Por: Manuel de Jesús Moroyoqui Ramírez

La Tribu Yaqui ha vivido en los últimos meses momentos decisivos, los cuales definirán a los futuros yoremes dentro de la lucha por la autonomía y soberanía, traducido esto luchar el territorio y sus recursos naturales: si bien el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dentro de su sentir como mandatario busca reconciliarse con el pueblo yaqui, para ello cita la vida tormentosa que vivieron los yaquis en el Gobierno de Porfirio Díaz a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, para ello habla del perdón del Gobierno mexicano y justicia al pueblo yaqui.

En estas acciones, por obviedad se tienen que citar del porque el Gobierno de Díaz, atacó a los yaquis, hasta casi lograr su exterminio, miles de yaquis fueron expatriados, llevados como esclavos a otros estados del país y otros fueron masacrados por el Ejército Mexicano apoyado por gobernadores del Estado de Sonora (oligarquía sonorense).

Uno de los motivos fue la colonización del basto valle al sureste del Río Yaqui, para ello el presidente Díaz, bajo el lema Orden y Progreso, arremetió contra los yaquis, para apoderarse de las mejores tierras del Valle del Yaqui e ir desviando el agua del caudaloso río para su irrigación, así mismo construyó las vías del tren, iniciando al norte y adentrarse a territorio yaqui, en esta construcción, los yaquis se alzaron contra el Gobierno, y fueron perseguidos, deportados y asesinados.

El grupo de rebeldes yaquis no claudicó en su lucha, los llamados Kaujomes, yaquis de la sierra, atacaron en guerrillas al Ejército Mexicano protegiéndose en la Sierra del Bacatete.

Cuántas vidas de yaquis costó la construcción del ferrocarril en territorio yaqui, cuántas vidas costó la desaparición de los poderes del Gobierno yaqui, en los pueblos de Cócorit y Bácum, cuántas vidas costó de yaquis la construcción de los canales Alto y Bajo para irrigar el Valle del Yaqui.

Muchas acciones de exterminio en contra de los yaquis, sucedieron en el periodo de Porfirio Díaz, Kenneth Turner, en su libro México Bárbaro, hace una descripción de tal atrocidad en la vida de nuevo México. Muchos actos criminales en contra de la vida no las escribió, sino por trasmisión oral, muchos yaquis lo llevan en su ADN, y no lo olvidan.

La paz y reconciliación que muchas veces se suscribió con los yaquis, el Gobierno mexicano, no la cumplió, sino siempre hizo ver al exterior que los yaquis habían sido amansados y estaban de acuerdo con el desarrollo del país.

No fue así, en la primera oportunidad los yaquis se sublevan y se alistan en la lucha por la libertad, democracia del país, pero principalmente por recuperar su territorio. La revolución único camino para derrocar la dictadura de Díaz, fue el camino para que los yaquis, exigieran la devolución de lo despojado: territorio y recursos naturales.

Fue Huerta y Obregón quienes invitan a los yaquis a luchar por la libertad y la devolución de lo despojado. Lucharon, dando su vida, no por la reivindicación del país y la puesta de una nueva Constitución política y tener un mejor país, sino por la herencia histórica de los antepasados su territorio sagrado.

Ni Huerta, ni Obregón les cumplen a los yaquis, por sus intereses políticos y económicos en Sonora. Los yaquis inconformes no quitan el dedo del renglón, y siguen insistiendo, a tal grado que en 1926, con el pretexto de la guerra cristera, fueron nuevamente perseguidos, ahora no por Díaz, sino por la oligarquía Sonorense, encabezada por el guaymense Plutarco Elías Calles, pues no querían desprenderse del vasto Valle del Yaqui y al poniente del Valle de Guaymas y Empalme, mucho menos devolver Cócorit y Bácum.

Los yaquis Ta’atabeos, por los actos del Ejército Mexicano, no pueden volver a Cócorit y Bácum y se asientan en lugares llamados Torokoba y Bataconcica respectivamente.

Grandes yaquis vivieron este proceso histórico, que por su sentido de pertenencia, no claudicaron en la lucha por seguir insistiendo en la recuperación de los pueblos yaquis y su territorio.

El general Lázaro Cárdenas, cuando llega a la presidencia de la República, entabla un acercamiento con el pueblo yoreme para establecer una relación que coadyuva a solucionar lo que Porfirio Díaz, con sangre y fuego ocasiono a la Tribu Yaqui. Tras encontrarse con yaquis muy tercos, en el sentido de recuperar el territorio ancestral, opta por hacer un vínculo con yaquis más abiertos al diálogo mesurado, en esto entran varios yoremes como Dolores Matus, José María Félix, Claudio Valenzuela, Atilano Rivera, Jesús Valenzuela, Jesús Beteme, Luciano Rivera entre otros, quienes fungían como interlocutores con Cárdenas, unos eran secretarios y otros líderes.

Pero también a estas formas de dialogo, donde el territorio era el tema fundamental para llegar a una paz, muchos yaquis no estuvieron de acuerdo con estas formas o precisamente con lo que Cárdenas proponía como restitución definitiva del territorio yaqui.

Kaujomes o yaquis rebeldes, no aceptan el decreto de Cárdenas, entre ellos Porfirio Buitimea, Sebastián González y los representantes de la iglesia entre muchos más. Esto motivo el autoexilio de algunos de los yaquis gobiernistas como Dolores Matus, quien vivió después de eso en Guaymas hasta su muerte.

Persecución a los yaquis gobiernistas por yaquis tradicionalistas por insistir la aceptación del decreto de Cárdenas en los años 40.

Lo que nos dice esta breve reseña, es que el decreto de Cárdenas entre los yaquis no tuvo aceptación, porque exigían el restablecimiento del territorio ancestral pues ese había sido la condición para participar en la revolución mexicana en contra de la dictadura.

Nuestro presidente actual, ha expresado en varias ocasiones que les hará justicia a los yaquis, pero considerar el decreto de Cárdenas como parte fundamental de esa justicia, está equivocado con la historia, la justicia que se tendría que dar, sería por lo que sucedió en el periodo de Díaz como dictador.

Territorio y agua son los dos temas fundamentales de este acercamiento histórico, pueden ser los que encaucen el perdón de los yaquis, siempre y cuando este no considere el periodo de Cárdenas, sino la participación de los yaquis en la Revolución (contra la dictadura de Díaz), este periodo se debe considerar para el perdón y la justicia yaqui.

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