Nacido en Palestina, San Juan Clímaco encontró su vocación espiritual desde joven. Inspirado por las enseñanzas de San Gregorio Nazianceno y San Basilio, a los 16 años decidió convertirse en monje en el Monte Sinaí, donde pasaría décadas en oración y meditación bíblica.
Su nombre, "Clímaco", proviene de su obra más famosa: "La Escalera del Cielo" (en griego, Clímaco), un texto fundamental en la espiritualidad medieval que guiaba a los creyentes hacia la perfección espiritual.
SABIDURÍA QUE TRASCENDIÓ FRONTERAS
Aunque anhelaba la soledad, los monjes lo eligieron abad por su profunda sabiduría. Bajo su guía, el monasterio floreció, y su reputación llegó hasta Roma.
En sus escritos, San Juan Clímaco confesaba que dos decisiones marcaron su camino hacia Dios desde joven:
- El poder del silencio: Rechazó las charlas banales que robaban su paz, optando por un hablar meditado y con propósito.
- Un guía providencial: Dios le concedió un director espiritual excepcional, que le señaló con claridad los peligros del camino ascético.
Pese a su erudición, Juan vivía con humildad: ayunaba, trabajaba manualmente y ocultaba sus conocimientos, mostrándose como un monje más. Pero había algo que lo distinguía, su corazón afligido.
San Juan Clímaco era tan reconocido que el propio Pontífice, San Gregorio, le escribió pidiendo su intercesión espiritual y, como gesto de apoyo, le envió colchones y camas para atender a los peregrinos que llegaban al Sinaí buscando su sabiduría. Un detalle que revela cuánto impactó su santidad, incluso en los más altos círculos de la Iglesia.
EL DON DE LAS LÁGRIMAS Y LAS ORACIONES QUE MOVÍAN MONTAÑAS
San Juan lloraba con frecuencia al meditar en los pecados del mundo. Sus contemporáneos decían que sus ojos eran "dos aljibes de lágrimas", y su oración constante era pedir perdón por la humanidad.
Dios le concedió el don de consolar almas angustiadas y hasta obrar milagros: en una sequía devastadora, los pobladores le suplicaron ayuda. Tras sus oraciones en la montaña, la lluvia cayó abundantemente, salvando cosechas y vidas.
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