Santoral de hoy, 20 de agosto: San Bernardo, patrono de los apicultores y de los fabricantes de velas

También es conocido como el "monje cazador de almas y vocaciones", mismo que convirtió a toda su familia al catolicismo

San Bernardo de Claraval, patrono de los apicultores. Foto: Radio Stella Maris.
San Bernardo de Claraval, patrono de los apicultores. Foto: Radio Stella Maris.

Cada 20 de agosto, el santoral de la Iglesia Católica celebra la memoria de San Bernardo de Claraval, uno de los monjes más influyentes de la Edad Media, cuya vida y obra han dejado una huella profunda en la espiritualidad y la teología católicas. Nacido en 1090 en el castillo de Fontaine-les-Dijon, Francia, Bernardo fue una figura carismática y un ferviente defensor de la fe cristiana, conocido tanto por su piedad como por su extraordinaria capacidad para guiar y convertir a otros a Cristo.

UN HOMBRE DE CARÁCTER Y DEVOCIÓN

San Bernardo fue el primer abad del monasterio cisterciense de Claraval, fundado por él en 1115. La abadía de Claraval se convirtió rápidamente en un centro de gran influencia religiosa y cultural, impulsando un renacimiento de la vida monástica a principios del siglo XII. Con una personalidad arrolladora, Bernardo no solo lideró a los monjes de su abadía, sino que también desempeñó un papel esencial en la difusión de la espiritualidad cisterciense, una corriente que buscaba regresar a las raíces de la vida monástica austera y contemplativa.

Su influencia se extendió más allá de las paredes del monasterio. Fue consejero de reyes y papas, y su sabiduría fue tal que se le llegó a llamar el "oráculo de la cristiandad". Su celo por la verdad y su dedicación a la vida religiosa fueron fundamentales para su éxito como cazador de almas y vocaciones, apelativo que recibió por su habilidad para atraer a muchos a la vida monástica.

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San Bernardo de Claraval. Foto: ACIPRENSA.

UNA FAMILIA QUE ALCANZÓ LA SANTIDAD

Bernardo nació en una familia noble, los de Fontaine, cuyo legado de fe y piedad fue fundamental en su formación. Su madre, Alice de Montbard, fue una mujer de profunda espiritualidad, y su padre, Tescelino, también vivió conforme a los valores cristianos, llegando incluso a perdonar la vida de un hombre que lo retó a duelo, enseñando a sus hijos la importancia de la misericordia.

Lo que destaca especialmente en la vida de San Bernardo es el hecho de que convirtió a toda su familia a la vida monástica. Aunque al principio encontró resistencia, convenció a sus cuatro hermanos mayores de ingresar a la vida religiosa. Juntos fundaron varios monasterios, y hasta su propio padre se unió a ellos en la abadía cisterciense, siendo una de las historias más conmovedoras de su vida.

En total, Bernardo llevó a 31 personas al monasterio, entre ellos sus tíos y varios amigos cercanos. Incluso su hermano menor, Nivardo, quien al principio se mostró reacio, terminó uniéndose al movimiento. A lo largo de su vida, no solo fundó 300 monasterios, sino que también promovió la vocación religiosa de más de 900 personas, siendo Bernardo de Pisa, uno de sus discípulos, elegido Papa Eugenio III.

SU PATRONAZGO

San Bernardo murió el 21 de agosto de 1153 a los 73 años, tras haber sido abad de Claraval durante casi cuatro décadas. Su vida de fe y servicio dejó un impacto duradero en la Iglesia Católica. Fue canonizado en 1174 por el Papa Alejandro III y proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa Pío VIII en 1830.

Hoy, San Bernardo es reconocido como patrono de los cistercienses y de diversos lugares en el mundo, incluyendo Borgoña (Francia), Gibraltar y Algeciras, además de ser el patrono de los apicultores y fabricantes de velas.