Comer bien no tiene por qué ser tan caro, pues existen recetas económicas con un altísimo valor nutricional, como las famosas y exquisitas tortitas de zanahoria con avena.
Pero, primero te contamos que las zanahorias son raíces comestibles de color anaranjado (aunque pueden ser moradas, rojas, amarillas o blancas), ricas en betacarotenos (provitamina A), fibra y antioxidantes. Pertenecen a la familia de las apiáceas y se consumen crudas o cocidas en diversas preparaciones; sus beneficios se notan en la piel, la visión, mejorar la digestión y brindar energía.

Ahora bien, la avena es un cereal integral rico en fibra, especialmente betaglucanos, y nutrientes como proteínas, vitaminas y minerales. Es conocida por sus beneficios para la salud cardiovascular y digestiva, y se consume comúnmente en forma de hojuelas, harina o bebida vegetal.
Ahora que estás enterado de estas dos maravillas alimenticias, bueno, ahora entremos en materia y guarda esta información para que anotes la receta de las tortitas de zanahoria y avena que harán que te chupes los dedos.
RECETA DE LAS TORTITAS DE ZANAHORIA Y AVENA
Prepararlas no es cosa del otro mundo, ni requiere de gran técnica; basta que tengas a mano los ingredientes, y ¡vualá!, a comer delicioso en tan solo 15 minutos.
Ingredientes
- 2 zanahorias ralladas
- 1/4 de taza de cebollín picado
- 200 gramos de avena
- 250 de caldo de verduras caliente
- 2 huevos batidos
- Ralladura de 1 limón
- 2 cucharadas de aceite de oliva (al gusto)
- Sal y pimienta (al gusto)

Preparación
En un tazón, por 10 minutos hidrata la avena con el caldo de verduras caliente; luego agrega las zanahorias ralladas, los huevos batidos, la ralladura de limón, una cucharadita de aceite de oliva, sal y pimienta al gusto, para luego mezclar con las manos hasta que quede una pasta homogénea.
En una sartén al fuego vierte el aceite restante; cuando esté caliente, con una cuchara toma mezcla, échala en el sartén y aplástala con la cuchara; cocínalas durante dos minutos por ambos lados durante hasta que se doren.
Finalmente, sírvelas calientes; espolvoréalas con cebollín y rocíales con aceite de oliva, y listo, a disfrutar de un platillo fácil, rápido y sumamente nutritivo.