En la rutina diaria del baño solemos repetir ciertos gestos sin pensarlo demasiado, pero algunos de ellos pueden estar afectando la salud de la piel. Especialistas en dermatología advierten que pequeñas acciones, cuando se repiten día tras día, pueden provocar sequedad, irritación y molestias acumuladas. La manera en que ajustamos la temperatura del agua, los productos que utilizamos y hasta la técnica de lavado tiene un impacto directo en el estado de la piel.
LOS ERRORES MÁS COMUNES AL BAÑARSE QUE DAÑAN LA PIEL
La dermatóloga Ana Molina, a través de Cuerpomente y del pódcast "Mejor que Ayer", señaló cuatro hábitos frecuentes que pueden perjudicar la piel sin que lo notemos.
Agua demasiado caliente o demasiado fría
Uno de los errores más habituales es bañarse con agua muy caliente. Esta temperatura elimina los aceites naturales que protegen la piel, dejando una sensación de tirantez o resequedad. Por otro lado, el agua muy fría puede impedir que la hidratación sea efectiva, lo que también afecta la barrera cutánea.
Elegir jabones con pH inadecuado
Otro descuido común es usar geles o jabones alcalinos. Aunque limpian bien, también arrasan con el equilibrio natural de la piel, llevándose bacterias y aceites que ayudan a mantenerla saludable y protegida.
Abusar de las esponjas o utensilios de fricción
El uso de esponjas puede resultar contraproducente. Suelen acumular humedad, un ambiente ideal para bacterias, y sus superficies ásperas irritan fácilmente la piel, especialmente en personas sensibles.
Confiar en la cantidad de espuma para medir la limpieza
Molina recuerda que la espuma no es un indicador real de limpieza. La eficacia depende de la formulación del producto, no de cuánto espuma genera.
CÓMO MEJORAR TU RUTINA DE BAÑO PARA PROTEGER LA PIEL
Los especialistas coinciden en que una ducha consciente puede transformar la salud de la piel. Una opción recomendable es bañarse por la noche, ya que permite eliminar contaminantes, sudor y residuos acumulados durante el día. Dormir con la piel limpia ayuda a evitar la obstrucción de poros.
El orden correcto del lavado según dermatólogos
El dermatólogo Jonathan Kentley sugiere comenzar siempre por el cabello. Los residuos de champú y acondicionador pueden irritar la piel si quedan sobre ella, por lo que es mejor lavarlo primero para evitar problemas. Después, se aconseja limpiar el cuerpo con geles suaves y con pH adecuado, aplicándolos directamente con las manos. La fricción excesiva o productos agresivos pueden dañar la barrera protectora, por lo que lo ideal es enfocarse en áreas como axilas, genitales y pies.
La temperatura ideal y la importancia de la hidratación
La temperatura del agua también juega un papel clave. Según Molina, lo ideal es mantenerla entre 36 y 38 grados Celsius, ya que ayuda a eliminar impurezas sin resecar la piel. El agua tibia reduce la probabilidad de picor y deja una sensación más cómoda tras la ducha.
Finalmente, aplicar crema hidratante durante los primeros tres minutos después de salir del baño es esencial para retener la humedad. Para quienes tienen la piel muy sensible, puede ser beneficioso instalar un filtro en la regadera para reducir la presencia de cloro y metales pesados presentes en el agua.




