La diabetes se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud global. Según datos alarmantes, más de 536 millones de personas en el mundo la padecen, y las proyecciones indican que esta cifra seguirá aumentando. Mientras en el año 2000, en México, había 5.3 millones de casos, para 2022 la cifra se disparó a 12.4 millones. Un crecimiento que casi triplica los números en apenas dos décadas.
Pero, ¿cómo sabe nuestro cuerpo que algo anda mal antes de que sea tarde?
EL MENSAJE DE ALERTA EN TU PIEL
¿Has notado zonas oscuras en pliegues del cuello, axilas o ingle? Esta condición, conocida como acantosis nigricans, no es solo un tema estético. Es una señal de advertencia vinculada a problemas metabólicos graves, como:
- Resistencia a la insulina (precursor de la diabetes tipo 2).
- Síndrome de ovario poliquístico (SOP).
- Efectos secundarios de medicamentos (niacina, corticoides, anticonceptivos).
- En casos menos comunes, cáncer (estómago, hígado, linfoma).
¿QUIÉNES ESTÁN EN MAYOR RIESGO?
No todos desarrollan resistencia a la insulina por igual. Pero hay algunos factores que aumentan la probabilidad, tales como:
- Sobrepeso u obesidad
- Mayores de 45 años
- Antecedentes familiares de diabetes
- Grupos étnicos (afroamericanos, latinos, asiáticos, nativos)
- Vida sedentaria
- Hipertensión o colesterol alto
- Diabetes gestacional previa
- Síndrome metabólico (mezcla de presión alta, colesterol y grasa abdominal)
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¿QUÉ HACER SI RECONOCES ESTAS SEÑALES?
Si notas manchas oscuras en el cuello o experimentas síntomas como fatiga constante, sed excesiva o cambios repentinos en el apetito, es momento de actuar.
Estas señales podrían indicar resistencia a la insulina, prediabetes o inclusive diabetes en desarrollo. Lo primero que se debe hacer es consultar a un médico o endocrinólogo para realizar pruebas específicas, como un examen de glucosa en sangre o hemoglobina glicosilada (A1C).
Un diagnóstico oportuno permite tomar medidas preventivas, como cambios en la alimentación, aumento de la actividad física y, en algunos casos, medicación. Ignorar los síntomas puede llevar a complicaciones más graves, como enfermedades cardiovasculares, daño renal o neuropatía. No hay que esperar a que los síntomas empeoren, la piel podría estar enviando una alerta temprana que no se debe pasar por alto.