Nuestros hábitos alimenticios pueden influir tanto de manera positiva como negativa dependiendo de las porciones y tipo de grasas que ingerimos
Por: Marcela Islas
Los niveles de colesterol en sangre, particularmente el colesterol LDL, coloquialmente conocido como "colesterol malo", están estrechamente relacionados con nuestra dieta.
Según Jacinto Fernández Pardo, jefe de medicina interna y responsable de la unidad de lípidos del Hospital General Universitario Reina Sofía de Murcia, el colesterol LDL es un factor clave en la arteriosclerosis, una condición que afecta la salud cardiovascular al formar placas en las arterias que limitan el flujo sanguíneo.
¿CUÁLES ALIMENTOS AUMENTAN EL COLESTEROL?
Fernández Pardo destaca que las grasas saturadas son uno de los principales responsables del aumento del colesterol LDL. Estas se encuentran en alimentos como:
CARNES ROJAS
- Ternera - 5,4 g de grasa y 59 mg de colesterol por cada 100 g.
- Cerdo - 23 g de grasa y 72 mg de colesterol por cada 100 g.
- Cordero - 174 g de grasa y 78 mg de colesterol por cada 100 g.
CARNES MAGRAS
- Pollo - 2,6 g de grasa por cada 100 g.
- Conejo - 4,6 g de grasa y 71 mg de colesterol por cada 100 g.
El exceso de grasas saturadas estimula la producción de colesterol en el hígado, agravando el problema.
GRASAS TRANS
Otro grupo problemático son las grasas trans, presentes en productos ultraprocesados, frituras industriales y aceites vegetales hidrogenados utilizados en comidas rápidas. Estas grasas alteran negativamente el perfil lipídico, aumentando el riesgo cardiovascular.
AZÚCARES
Además, los alimentos ricos en azúcares añadidos, como refrescos, panadería y postres, contribuyen indirectamente al aumento del colesterol. El consumo excesivo de azúcar incrementa los triglicéridos, fomenta la obesidad y la resistencia a la insulina, condiciones asociadas con un perfil lipídico desfavorable.
¿EL HUEVO SUBE EL COLESTEROL?
A pesar de su alto contenido de colesterol (unos 200 mg por huevo de tamaño medio), el consumo de huevos no está directamente relacionado con un aumento significativo del colesterol en sangre.
De acuerdo a la Fundación de Hipercolesterolemia Familiar, los factores más importantes en el aumento del colesterol LDL son las grasas saturadas y trans, no el colesterol dietético.
Los huevos, además de ser bajos en grasas saturadas, contienen más grasas insaturadas saludables y fosfolípidos que interfieren en la absorción de colesterol, lo que minimiza su impacto en los niveles sanguíneos. Por lo tanto, son una opción nutritiva y segura cuando se consumen con moderación.
Para mantener niveles saludables de colesterol, es crucial limitar las grasas saturadas, evitar las grasas trans y reducir el consumo de azúcares añadidos. Adoptar una dieta equilibrada y consciente no solo mejora el perfil lipídico, sino que también protege la salud cardiovascular a largo plazo.