En cuatro de los ocho pueblos yaquis revelan nombres de quienes serán consagrados durante este día
Por: Ana Jusaino
Aunque sin poder quitarse la sombra de las autoridades duales en la mayoría de los ocho pueblos o la presión de los gobiernos Federal y Estatal, en al menos cuatro de ellos ya se tienen los nuevos gobernadores tradicionales que cada 6 de enero se renuevan o reeligen, de acuerdo a usos y costumbres de la Tribu Yaqui.
Miembros de las comunidades indicaron que si bien desde el 12 de diciembre inició el proceso de renovación de las autoridades, durante este día se consagrará a los gobernadores tradicionales o bien se discutirá el tema para darle espacio hasta antes de 2 de febrero para nominar a uno.
Hasta ayer, en al menos cuatro de los ocho pueblos yaquis ya se contaba con los nombres de quienes tendrán la responsabilidad de conducir, respetar y hacer respetar a sus respectivos pueblos.
De acuerdo a los integrantes de la tribu indómita, hoy se consagrará como cobanaro a Leocadio Molina Valdez en el pueblo de Huírivis, mientras que en Ráhum, se nombrará a Felipe Álvarez Flores.
En Tórim la responsabilidad de toma de decisiones recaerá en Juan Agustín Rodrigo Álvarez Buitimea y en Loma de Bácum el nuevo gobernador será Fausto Ochoa, se informó.
Pero, como en las elecciones de 2023, en Vícam Pueblo por ser uno de los pueblos con mayor número de habitantes, todavía están en proceso de definir a su nuevo representante y es posible se prolongue su nombramiento debido a los estira y afloja al interior de sus habitantes.
Es posible que hoy se den a conocer el nombre de los cobanaros que se consagrarán en los pueblos de Pitahaya, Loma de Guamúchil y Pótam.
Cada gobernador tradicional estará acompañado de otras autoridades, quienes serán su mano derecha en las acciones por el bien de su pueblo.
Acomodados por jerarquía, después del cobanaro (gobernador), sigue el Pueblo Mayor, luego el capitán, después el comandante y el secretario.
En algunos de los pueblos el problema de las autoridades duales seguirá presente y se estima que incluso la mano de funcionarios del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) y el Gobierno de Sonora está detrás del proceso, a fin de mantener el control de las acciones diversas emprendidas en el marco del Plan de Justicia de la Tribu Yaqui.
Por ejemplo, para echar a andar el Distrito de Riego 018, el pueblo de Bácum no firmó, pero aún así las autoridades civiles hicieron válido el proceso pero de forma ilegal porque los usos y costumbres hablan de que sin la firma de un pueblo, cualquier decisión es inválida.
