Gustavo Acosta afirmó que es un producto muy cotizado que se usa en repostería, ensaladas, incluso en bebidas alcohólicas y en muchos otros derivados
Por: Raúl Armenta Rincón
En el Valle del Mayo existe mucho potencial para que el higo, un producto muy apreciado por su plasticidad gastronómica y propiedades nutricionales, sea un cultivo de gran importancia económica, sobre todo por la creciente demanda que se tiene en los mercados estadounidense y europeo, informó Gustavo Acosta Gaxiola.
El doctor y actual productor de higo, detalló que en esta región hay aproximadamente 300 mil plantas de ese fruto y cada una produce 15 kilos por temporada.
Esto representa, indicó, un total de 4 mil 500 toneladas anuales, y si se considera un precio de 50 pesos por kilo, se obtendrían al año 225 millones de pesos.
Acosta Gaxiola mencionó que la siembra de higo se da en campos de Capohuiza, Fundición, Rosales, Pueblo Viejo, Valle Buey, San Ignacio, así como en Villa Juárez, Huatabampo, El Carrizo, entre otros lugares, donde “es un furor este cultivo”.
SIN DEMANDA EN LA LOCALIDAD
Sin embargo, reconoció, el fruto no se consume en esta región como se debiera, en comparación a otros, ya que la gente no está acostumbrada a ello.
Acosta Gaxiola dijo lo anterior al impartir la conferencia denominada: “Higo, la Nueva Perla del Mayo”, en el marco del programa de pláticas que realiza la agrupación “Mayos”, que coordina el doctor Felipe Gutiérrez Millán.
Consideró que otro factor por el que no se ha tenido un mayor desarrollo de esta actividad, es que la producción es un poco más cara, porque ocupa mucha mano de obra.
“Pero es una fuente importante de trabajo, le da un gran valor agregado, derivando en un sinnúmero de cosas, lo que sería una fuente de empleo para muchas personas”, agregó el conferencista.
El higo es muy aceptado a nivel mundial, indicó, en países como Turquía, que es el principal productor, así como en otros lugares de Europa, además de Estados Unidos y Canadá.
“Es un producto muy cotizado, que lo usan en respotería, ensaladas, incluso en bebidas alcohólicas y muchos otros derivados, con la ventaja de que es un fruto altamente nutritivo”, resaltó.
Actualmente dijo, productores locales están en pláticas con la Universidad Tecnológica de Etchojoa (UTE), para tener un laboratorio de diferentes productos y presentaciones.
Además de que se pretende formalizar convenios con empresas nacionales con el fin de hacer que esta actividad despegue y que el Valle del Mayo sea un exportador a nivel mundial.
“Yo creo que las cosas se van a venir solas; una ventaja es que las plantas ya están, duran más de cien años, dándole agua nada más; no son de temporada, es una planta que la siembras para toda la vida y entre más vieja da más fruto”, añadió.
SE DECIDIÓ POR EL HIGO
Con respecto a los motivos de incursionar en esta actividad, el doctor Gustavo Acosta dijo que al ya estar retirado de la medicina, quería hacer algo diferente “y me gusta mucho el higo y decidí sembrarlo”.
“Vivo en la comunidad de Rosales, donde tengo una hectárea y media disponible, y con agua, y pues decidimos entrarle, esto hace unos tres años; hemos tenido muy buenos resultados, la planta está muy bonita y tiene buena producción”, señaló.
CARACTERÍSTICAS
Los higos son de un sabor único; son dulces, de textura suave y a la vez crujiente, tienen una piel delgada y su color depende del tipo de higo, porque pueden ser de color verde, morados o azules y negros, que son los más comunes. La versatilidad que tiene lo hace un alimento cotizado y de alta cocina.
NUTRITIVO
El higo crudo y seco es altamente nutritivo y una rica fuente de fibra dietética, potasio, proteínas, minerales (hierro, fósforo, magnesio, cobre y zinc) y vitaminas (riboflavina y vitamina B6).
HISTORIA
En la antigüedad, era muy popular en Grecia; se dice que era el fruto preferido de Platón, por esta razón era conocido como “la fruta de los filósofos”. Aunque no es propiamente una fruta, sino una infrutescencia, esto no impidió que en algunos países como Grecia lo consideraran un manjar.
El higo fue introducido por los misioneros franciscanos españoles, quienes colocaron diversas plantas en los atrios de las iglesias en
algunos estados como Hidalgo, Guanajuato, Morelos, San Luis Potosí o Zacatecas.