El 20 de octubre inició la novena y concluye el 2 de noviembre
Por: Fabián Pérez
Aunque en los últimos años han disminuido las tradiciones propias por la celebración del Día de Muertos en la Etnia Mayo, muchas familias siguen instalando en sus viviendas los famosos tapancos.
Francisco Morales Borbón, promotor cultural indígena de San Ignacio Cohuirimpo, explicó que los altares construidos a base de palos guacaporos se utilizan para venerar a las ánimas de los fieles difuntos.
La creencia en la Etnia Mayo, dijo, es que, quien muere, no ha dejado de existir, pues simplemente cambia de lugar.
"En alguna parte del universo, ahí están nuestros fieles difuntos y tienen permiso para venir cada año a visitar su casa y, a visitar a sus familiares, por eso es que el tapanco se instala el 24 de octubre cuando inicia la novena para concluir el 2 de noviembre con la celebración", explicó.
Precisó que una de las características del tapanco es una fusión que hicieron los españoles cuando trajeron el evangelio y los indígenas lo aceptaron a su modo.
"Antes la Etnia Mayo copiaba las tradiciones a las culturas del sur del país, donde quemaban a los difuntos en una especie de tapanco. Al llegar el evangelio, hicieron ese cambio", agregó.
Dijo que al inicio de esta cultura llamada "Guasave" se sepultaba a los muertos..." de ahí surge una transformación y llega a la cultura Huatabampo, para nacer la cultura cahíta, que al final fue la que se quedó en la región.
Indicó que, en el transcurso de la novena, se le va colocando al tapanco agua, caña, dulces, pan, frutas y café, entre otras ofrendas que en vida gozaban disfrutar los fieles difuntos.
Detalló que el tapanco debe ser elaborado con una altura de 1.70 metros y debe contar con un techo de tapete de carrizo para depositar las ofrendas.