El representante del Nuevo Centro de Población Agrícola informó que se han logrado avances importantes en relación al reclamo
Por: Raúl Armenta Rincón
Por la vía de la paz y la negociación y antes de que el presidente Andrés Manuel López Obrador deje el cargo, se resolverá el caso Capetamaya, uno de los más añejos conflictos agrarios del Sur de Sonora, dijo Héctor Rivera Zibirián, representante del Nuevo Centro de Población Agrícola Antonio Rosales.
Aseguró que en este año se han logrado avances importantes en relación al reclamo de restitución de mil 660 hectáreas, ubicadas al sur de Navojoa, que recibieron por una resolución presidencial de 1960, en beneficio de 160 ejidatarios.
Señaló que dicho centro de población interpuso el año pasado una demanda legal contra quienes invadieron y se posesionaron de ese ejido “y solamente así el Gobierno optó por tomarnos en cuenta”.
“Las autoridades gubernamentales nos aseguraban que la resolución que estamos reclamando era inejecutable, ya que se ejecutó parcialmente en base a otra resolución que salió en 1964, que es la del ejido Las Ánimas”, dijo.
“Según el Gobierno, desconocían que se ejecutó la resolución definitiva el día 13 de marzo de 1992, pero ya presentamos todas las pruebas con los integrantes originales, quienes recibieron el acta de entrega de las tierras”, externó.
En base a eso, agregó, se están haciendo los ajustes, que llegarán a una negociación o el replanteo de deslinde para la restitución y devolución física de las tierras.
Rivera Zibirián sostuvo que el Nuevo Centro de Población Agrícola tiene la razón jurídica y todos los elementos que avalan que “somos los legítimos propietarios de esos terrenos”.
Explicó que el conflicto se debió a que dicha resolución ya fue ejecutada, en 1992, pero no fue entregada a las personas debidas, como lo establecía ese documento federal.
Recordó que ese año los verdaderos propietarios hicieron posesión de esas áreas durante 20 días, en una temporada triguera, y quienes estaban usando los terrenos les pidieron oportunidad de trillar, “pero después, con muchas artimañas y usando la fuerza pública, sacaron a los reales dueños de los predios”.
