Su esposa murió un año atrás; sus otros dos hijos, vecinos y más ciudadanos le ayudaban para que pudiera cuidarlos
Por: Edel Osuna
Una veladora provocó un incendio de gran magnitud en una vivienda que, paradójicamente, apagó de un golpe la vida de un padre y sus dos hijos discapacitados, quienes murieron presas de las llamas.
Las víctimas de la tragedia, registrada al filo de las 12:54 horas de este lunes, fueron identificadas con Juan Francisco Cortés Charles, de 78 años de edad, y sus hijos Juan Francisco y Sergio, de 38 y 44, respectivamente.
De acuerdo con vecinos de la familia, los hijos estaban imposibilitados para caminar y su padre era demasiado grande para sacarlos uno a uno.
LA TRAGEDIA
Elementos de Bomberos y de Protección Civil que atendieron el reporte de que se presentó un gran incendio en una casa ubicada en la calle Fresnos y Primavera, de la colonia Miguel de la Madrid, en Gómez Palacio, Durango.
También se presentaron agentes de Seguridad Pública Municipal, quienes mantuvieron alejados a los vecinos, para que no entorpecieran las labores de los rescatistas.
Se indicó que los vecinos se percataron de que el siniestro salía por las ventanas, por lo que nada pudieron hacer para ayudarles.
Aun cuando los tragahúmo controlaron el siniestro, nada pudieron hacer, salvo recuperar los restos calcinados del padre y sus hijos, que fueron consumidos por las llamas, las cuales arrasaban los muebles del interior.
Asimismo, determinaron que el fuego inició por una veladora que quedó encendida, y los tres fallecieron como consecuencia de que quedaron atrapados dentro de la habitación en que estaban, muriendo primero de asfixia y luego el fuego cubrió sus cadáveres, calcinándolos.
Luego de rescatar sus restos, elementos de Servicios Periciales y el agente del Ministerio Público se presentaron a dar fe y ordenar el traslado al anfiteatro.
SÓLO ERAN ELLOS TRES EN CASA
De acuerdo con vecinos, don Juan Francisco tenía poco de haber enviudado, y eran su esposa y él quienes cuidaban a sus "niños", como él cariñosamente les llamaba.
Sergio y Francisco nacieron con parálisis cerebral y desde siempre veló para que no les faltara nada; los jóvenes no hablaban, pero su padre les conocía tan bien, que cada movimiento o balbuceo los reconocía.
El hombre recibía ayuda de sus hijos, Hilda y Esteban; fue albañil hasta que su cuerpo no pudo más, por lo que después de retirarse se enfocó en cuidar a sus muchachos.
Su historia salió a la luz cuando una mujer los visitó en su casa y compartió su historia en internet, e hizo que los laguneros se volcaran en ayudarlos.
