Guerra de sicarios deja sin pollo una ciudad completa de México

Obispo señala que la lucha por la plaza es feroz; han matado a productores, transportistas y trabajadores, obligando a expendedores a cerrar

Por: Edel Osuna

Una terrible ola de violencia, provocada por la lucha por la plaza entre tres grupos criminales, dejó sin pollo una ciudad completa en México, pues en su feroz batalla han asesinado a diversos integrantes de la cadena de producción, entre ellos una niña de 12 años.

Los hechos se desataron en Chilpancingo, Guerrero, donde, de acuerdo con Salvador Rangel, obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, la guerra la inició una célula del grupo Los Tlacos, que controla el transporte público y la distribución de carne, de distintos animales, en la capital el estado.

A raíz de ello, el prelado reprochó la inacción de las autoridades, que, según él, saben quiénes son y no hacen algo por detener la ola de agresiones que tienen atemorizada a la ciudadanía.

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Además, narró que durante el aniversario de la creación de la Policía Comunitaria General Heliodoro Castillo de Tlacotepec, que opera en la Sierra de Guerrero, Salvador Alanís Trujillo, líder de Los Tlacos, dijo en diversos medios del estado que iniciaría una guerra en la capital del estado.

El sujeto señaló que desde 2017 su brazo armado ha neutralizado a Guerreros Unidos, Los Tequileros y el Cártel del Sur, una guerra que inició en la región serrana y se amplió a la capital, a la zona mijera y a Iguala, donde han ejecutado a, al menos, 8 sujetos considerados clave por el gobierno federal en el caso Ayotzinapa.

Asimismo, destacó que ahora se enfocarían en Pueblos Unidos y que habría ataques armados entre los municipios Acapulco y Chilpancingo.

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LOS ATAQUES

Al mes de haber vertido sus declaraciones, los ataques armados se desataron, con la ejecución de Francisco García Marroquín, líder transportista; posteriormente se dio una serie de ataques en contra de unidades de transporte público de Chilpancingo y en el poblado Petaquillas, donde quemaron taxis y vagonetas, ocasionando la suspención del servicio, refieren informes federales.

Luego, en la capital del estado se dio una ola de ejecuciones: primero fue un distribuidor de pollo dentro del Mercado Central Baltazar R. Leyva Mancilla y tres días más tarde un proveedor del mismo producto, rafagueado afuera de la Central de Abastos.

Finalmente, el sábado un comando ingresó a una granja de pollos en Petaquillas y asesinó a seis trabajadores que ganaban de 2 a 3 pesos por pelar pollos; entre las víctimas había una niña de 12 años.

A raíz de ello, y ante el desabasto del producto, los expendedores de carne de ave de corral optaron por cerrar sus establecimientos y, a manera de protesta, colgaron sus delantales en las pollerías, provocando escasez de pollo en la capital guerrerense.

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