El muchachito buscó refugio en la protección de la autora de sus días, pero para su sorpresa escuchó "¡Llévenselo!"
Por: Edel Osuna
Una afirmación universal es que "el amor de madre lo puede todo", pero cuando el hartazgo colma su vida, también es capaz de permitir que sus hijos reciban una lección.
Y es precisamente lo que ocurrió en Sinaloa, específicamente en la comunidad La Esperanza, del municipio Angostura.
Ahí, un menor de edad era perseguido por elementos de la Policía, quienes previamente le habían indicado que se detuviera.
El jovenzuelo tripulaba una motocicleta y sin casco; y fue por esta última falta que los uniformados le pidieron que se detuviera.
Pero además de ello, el jovencito no pudo comprobar la legítima posesión de la ligera unidad, que agarrando desprevenidos a los agentes, "puso pies en polvorosa".
Con una velocidad que sólo el instinto de supervivencia es capaz de provocar, corrió a toda velocidad hacia la casa de su madre, en la que se resguardó justo cuando los guardianes del orden público le alcanzaban.
Sin embargo, para sorpresa del adolescente, los oficiales le dieron alcance y se dispusieron a llevárselo.
Desesperado clamó a su madre por ayuda; sin embargo, lo que escuchó seguramente le pegó con todo: "¡Llévenselo!, ¡llévenselo!", autorizó la mujer a los policías.
Y sí, se lo llevaron esposado, mientras entre gritos le reclaman su comportamiento.
Se desconoce si el joven aprendió la lección, pero seguro es algo que jamás olvidará.