Aquí te explicamos los motivos, por más confianza que le tengas y esa persona pague la deuda podrás tener problemas muy serios
Por: Luis Valenzuela
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, encargada de la recaudación fiscal, vigila que todas las personas económicamente activas cumplan con sus obligaciones fiscales que contraen con el Servicio de Administración Tributaria desde el momento que obtienen ingresos por su actividad laboral o empresarial.
Para principio de cuentas, la población que labora o desarrolla alguna actividad económica en nuestro país deberá darse de alta ante el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), para después llevar a cabo sus declaraciones anuales de impuestos, en donde se deberá de reportar todos sus gastos y percepciones para determinar si faltaría pagar algún gravamen o en su defecto solicitar una devolución de saldo a favor.
Por ello es de suma importancia seguir el consejo que te brinda el SAT de no prestar tus tarjetas de crédito ni a un familiar, y aquí te decimo los motivos para no hacerlo.
Lo primero que podría pasar de hacerlo es que te dejen colgado con la deuda y la termines pagando de tu bolsillo, lo que incluso podría desencadenar un mal historial crediticio si esa deuda rebasa tu capacidad de pago o deberás privarte de otras cosas para cumplir con las mensualidades.
Y si no es así, y la persona responde cabalmente con el acuerdo que tiene contigo y paga la deuda contraída a través de tu tarjeta de crédito, parecería que no pasa nada y todo está normal, sin embargo, esto te podría acarrear un problema mayúsculo con la autoridad fiscal.
El SAT detectaría que tus gastos exceden tus ingresos y si es así te solicitará que aclares la situación presentando la documentación adecuada, porque para ellos a primera instancia es que estás teniendo ingresos más elevados de los que estás declarando y por lo tanto evades el pago de impuestos por ellos.
En caso de encontrar esta discrepancia fiscal, se te dará un plazo de 20 días para aclarar la situación y el origen de los recursos en cuestión, por lo tanto para evitarte ese dolor de cabeza mejor evita prestar tus tarjetas de crédito.