¿Por qué la Granja de Perlas del Mar de Cortez en Sonora lidera la lista de gemas de comercio justo del planeta?

La granja, situada en las antiguas instalaciones del Tecnológico de Monterrey en la Bahía de Bacochibampo, comenzó como un proyecto escolar

Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz

Sonora ofrece múltiples opciones turísticas, entre las cuales destaca un destino singular donde se produce una de las joyas más preciadas: la perla. Y es que la Granja de Perlas del Mar de Cortez, ubicada en Guaymas, es la única en todo el continente americano dedicada a la producción y cosecha de perlas.

La granja, situada en las antiguas instalaciones del Tecnológico de Monterrey en la colonia Lomas de Cortés, Bahía de Bacochibampo, comenzó como un proyecto escolar de los emprendedores Douglas McLaurin, Enrique Arizmendi y José Manuel Nava en los años 90.

A pesar de enfrentar negativas iniciales debido a que el cultivo de perlas era típicamente asociado a Japón, los emprendedores no se dieron por vencidos y lograron asociarse y obtener financiamiento para llevar su proyecto a nivel comercial.

PRODUCCIÓN ANUAL DE LA GRANJA DE PERLAS DEL MAR DE CORTÉZ

La producción anual de la Granja de Perlas del Mar de Cortez es extremadamente exclusiva, con solo 4 mil 500 perlas cosechadas cada mes de junio. Las perlas destacan por sus colores únicos, que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo, ofreciendo un efecto óptico singular gracias a sus cristales genéticamente bellos, delgados y perfectos que exhiben siete tonalidades del arcoíris.

Asimismo, la producción de perlas del Mar de Cortez se realiza de una manera socialmente responsable y respetuosa del medio ambiente. De hecho, el cumplimiento de estos elementos le ha dado el reconocimiento de ser la primera y única perla dentro de la lista de gemas del comercio justo.

Y es que Cultivar perlas del Mar de Cortez es una actividad muy demandante para sus productores, por lo que la producción se limita a menos de cuatro mil por año, haciendo de esta esta una perla verdaderamente exclusiva.

El proceso de cultivo de las perlas en esta granja requiere un cuidado especial. Las ostras jóvenes, de uno a dos milímetros, pasan por una etapa crítica conocida como "semilla". Solo el 20 por ciento de las ostras cultivadas generan perlas de calidad, mientras que el resto se devuelve al mar.

Una vez que las ostras alcanzan la madurez, se sacan del agua para limpiar manualmente sus conchas, eliminando parásitos y plantas marinas que puedan debilitarlas. Este proceso se repite cinco veces al año para asegurar que las ostras se mantengan saludables y capaces de producir perlas de alta calidad.

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