Este comportamiento puede ser un indicador de estrés subyacente y, si no se aborda, puede tener consecuencias para la salud bucal y emocional
Por: Andrés Manuel Contreras Alaniz
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha abordado recientemente la cuestión de morderse las uñas, un hábito que puede tener implicaciones más allá de lo estético y que, según expertos, está estrechamente ligado al estrés y la ansiedad.
La dermatóloga Rosa María Ponce Olivera, de la Facultad de Medicina de la UNAM, señala que este comportamiento, conocido como onicofagia, puede ser considerado una enfermedad. En términos médicos, aquellos que se muerden las uñas son denominados onicófagos. Además, hay quienes también se muerden los pellejitos de los dedos, una variante conocida como onicotilomanía, que también afecta la apariencia de las uñas.
Según lo indicado por la UNAM, estos hábitos pueden ser desencadenados por situaciones de estrés, y son comunes tanto en niños como en adultos. En los primeros, puede estar relacionado con trastornos obsesivo-compulsivos o experiencias de abuso. En adultos, el estrés laboral, el duelo o simplemente la presión cotidiana pueden desencadenar este comportamiento.
CONSECUENCIAS
La Dra. Ponce Olivera advierte que la onicofagia puede tener consecuencias más allá de la apariencia de las uñas. Las bacterias y hongos presentes en la boca pueden causar perionixis, una inflamación de la periferia de las uñas. Además, el filo de las uñas puede dañar las encías y provocar infecciones en la cavidad oral.
Ante este panorama, los expertos recomiendan buscar ayuda. Consultar con un dermatólogo y, en muchos casos, con un psicólogo o psiquiatra, puede ser fundamental para abordar este hábito de manera efectiva. Se sugieren terapias breves para tratar tanto el aspecto físico como emocional de la situación.
Por lo tanto, morderse las uñas puede ser más que una simple manía. Puede ser un indicador de estrés subyacente y, si no se aborda, puede tener consecuencias para la salud bucal y emocional de quienes lo padecen. Por ello, buscar ayuda profesional es fundamental para superar este hábito y mejorar la calidad de vida.