México dio un paso relevante en materia de salud pública al reconocer de forma oficial la adicción a los videojuegos y el juego con apuestas digitales como un problema que afecta la salud mental de la población. Por primera vez, estos comportamientos fueron incluidos en la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT) 2025, marcando un cambio en la forma en que el país observa y mide los riesgos asociados a la vida digital.
La actualización refleja que las adicciones ya no se limitan al consumo de sustancias, sino que también se expresan en conductas vinculadas al uso excesivo de plataformas digitales, con impactos sociales, económicos y emocionales cada vez más visibles.
UN NUEVO ENFOQUE EN LA SALUD MENTAL
Con la incorporación de estas conductas, el Estado mexicano amplía su vigilancia epidemiológica y abre la puerta a políticas de prevención y atención enfocadas en fenómenos cotidianos, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes.
Los resultados de la ENCODAT 2025 revelan que 4.3 por ciento de la población de entre 12 y 65 años participó en algún tipo de juego con apuestas durante el último año. Aunque para la mayoría se trata de una actividad recreativa, 6.3% presenta patrones de juego problemático, lo que ya implica riesgos significativos para la estabilidad personal y familiar.
APUESTAS DIGITALES Y BRECHA DE GÉNERO
El análisis muestra diferencias claras entre hombres y mujeres. Mientras 6.0 por ciento de los hombres reportó haber participado en apuestas, en el caso de las mujeres la cifra fue de 2.7 por ciento.
Sin embargo, la principal alerta se concentra en la población adolescente. Entre jóvenes de 12 a 17 años, la participación en apuestas alcanza 6.9 por ciento, y dentro de ese grupo, 7.0 por ciento ya presenta conductas problemáticas, colocando a los menores de edad en el centro de las preocupaciones preventivas.
VIDEOJUEGOS Y PÉRDIDA DE CONTROL
La ENCODAT 2025 también incorporó el trastorno por uso de videojuegos, una condición reconocida por la Organización Mundial de la Salud. Este trastorno se caracteriza por la falta de control sobre el tiempo de juego, la prioridad que se le da frente a responsabilidades escolares, laborales o sociales, y la persistencia de la conducta a pesar de consecuencias negativas.
Las autoridades sanitarias advierten que la expansión del acceso a internet y la disponibilidad constante de plataformas digitales han normalizado el uso intensivo de videojuegos, lo que dificulta la detección temprana de conductas de riesgo y aumenta la posibilidad de que el problema se vuelva crónico.
IMPACTO EMOCIONAL Y SOCIAL
Especialistas en salud mental señalan que estas conductas están asociadas a otros padecimientos como ansiedad y depresión. Factores como el miedo a quedar fuera de dinámicas sociales en línea y la presión por mantenerse conectado refuerzan patrones de dependencia, especialmente entre jóvenes.
La normalización de estas prácticas hace que muchas señales de alerta pasen desapercibidas en hogares y escuelas, retrasando la intervención oportuna.
RETOS PARA LA POLÍTICA PÚBLICA
El titular de la Secretaría de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, subrayó que la ENCODAT 2025 busca anticipar riesgos emergentes con base científica y fortalecer los servicios de atención temprana. Al integrar adicciones conductuales, malestar psicológico y consumo de sustancias en un mismo marco, México apunta a diseñar políticas públicas más focalizadas.
El desafío ahora es transformar el reconocimiento estadístico en acciones concretas que prioricen la prevención, la regulación y una atención integral de la salud mental en un entorno digital cada vez más presente en la vida diaria.




