En un reciente artículo publicado por la prestigiosa institución destaca que la clave para aprovechar al máximo los beneficios de la siesta
Durante años, la siesta ha sido vista como un enemigo del sueño nocturno y un factor que perjudica la salud, ya que muchos experimentan dificultades para dormir en la noche. Sin embargo, investigaciones recientes de la Universidad de Harvard han demostrado que las siestas, cuando se realizan de forma correcta, y dependiendo del tiempo que dure, puede aportar diversos beneficios.
El artículo publicado por la prestigiosa institución destaca que la clave para aprovechar al máximo los beneficios de la siesta radica en su duración.
¿CUÁNDO DEBE DURAR UNA SIESTA?
Para aprovechar los beneficios de la siesta sin afectar el sueño nocturno, es importante limitar su duración.
Por lo que, Harvard sugiere que la siesta ideal debe durar entre 10 y 20 minutos. Este tiempo es suficiente para mejorar el estado de alerta y el rendimiento sin entrar en las etapas más profundas del sueño, lo cual podría provocar inercia del sueño y dificultar el descanso nocturno.
¿POR QUÉ LA DURACIÓN ES TAN IMPORTANTE?
Las siestas están relacionadas con problemas de salud y se ven como un factor que perjudica el sueño nocturno. No obstante, investigaciones recientes han mostrado que las siestas pueden tener más beneficios que daños para nuestra salud, por ejemplo:
- Las siestas breves permiten acceder a la fase uno y dos del sueño, las cuales son responsables de mejorar el estado de alerta, la memoria, el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo.
- En cambio, las siestas más largas, que superan los 30 minutos, pueden llevar a la fase tres del sueño, la cual deja aturdidos y somnolientos al despertar, dificultando el sueño nocturno.
¿QUÉ DICE HARVARD SOBRE EL RELOJ BIOLÓGICO Y LA SIESTA?
Los investigadores de Harvard señalan que la necesidad de dormir por la tarde se debe al "reloj biológico", un grupo de células ubicadas en el hipotálamo que regula los ritmos circadianos, incluyendo el sueño y la vigilia.
Este reloj interno dictamina un ciclo natural de vigilia durante el día, seguido de un aumento gradual de la somnolencia por la noche. Sin embargo, también marca una "joroba" de somnolencia a media tarde, momento en el que la siesta se convierte en una herramienta para combatir el cansancio y mejorar el rendimiento.
Una siesta breve puede ser beneficiosa y no perjudica el sueño nocturno, siempre y cuando se tome de forma adecuada.
Incorporar una siesta corta en la rutina diaria puede ser una excelente manera de mejorar el bienestar físico y mental.