Las cosas están peor que nunca. No había visto tanta incompetencia gobernando, tanta corrupción, mentiras, violencia, odio y división
Por: Jesús Huerta Suárez
Conforme pasan los días y aumentan nuestros graves problemas como país, más se nota la ausencia de una verdadera oposición política, en cambio, sí se nota que los mismos de siempre ya se están preparando para brincar de un puesto público para seguir mamando del erario. Son tan obvios y predecibles a la vez, que dan pena ajena. A ellos nos les importa nada más que recibir dinero sin trabajar, de ahí vienen sus maromas y sus brincos de un partido a otro. No son oposición, ellos buscan otra posición únicamente, sin importarle a los dirigentes si son corruptos, eficientes, grises, non gratos, o jalan votos. Es más, son tan cínicos que más de uno de esos politiquillos solo están enfocados en las “pluris” con tal de seguir ganando bien, sin trabajar. Eso es lo que los caracteriza, mientras el país se nos está yendo de las manos.
Las cosas están peor que nunca y eso es mucho decir. En mi larga vida no había visto tanta incompetencia gobernando, tanta corrupción, mentiras, violencia, odio y división. Seguro así fueron otros gobiernos, pero no se sabía tanto como ahora, y cada vez es más evidente que lo que mueve hoy a los partidos políticos, a los de más arriba, por supuesto, es el hambre del poder por el poder del dinero en sí. Nada más y, a las personas capaces, decentes y comprometidas, no las dejan llegar, les cierran las puertas, más ahora que cada vez son menos las “migajas” qué repartir y más las necesidades económicas qué cubrir.
Las cosas pintan mal, muy mal, requeté mal, pues no se avizora una oposición fuerte, unida, ciudadana y con visión de estado, en cambio, las estrategias básicas para mantenerse en el poder: dividir y mentir, cobran cada día mayor auge.
Si antes el mentado neoliberalismo nos preocupaba, ahora el socialismo trasnochado de los que están en el poder nos tiene viviendo una pesadilla, mientras que la pobreza crece y crece, así como la delincuencia.
México, ¿Qué vamos a hacer? ¿Van a seguirle el rollo a este farsante del palacio nomás porque ahora a ustedes les está yendo bien? ¿Van a volver a confiar en los politiquillos de siempre que solo ven por sus intereses? o ¿Vamos a armarnos de valor y luchar por la patria que anhelamos?
Es urgente que se comiencen a armar los “cuadros” con ciudadanos capaces y honestos para ocupar los puestos que gobernar un país medianamente bien, requiere. ¡Ya basta de oportunistas que solo buscan beneficiarse! Es tiempo de darles la oportunidad a nuevos personajes, mujeres y hombres, con amor por México,pero sobre todo, con valor y capacidad para desenredar todo este desorden que los que estuvieron y que los que ahora están van a dejar.
Ya el tiempo está encima, o nos decidimos y le entramos al quehacer por la patria o el país ahora sí terminará hecho añicos en el piso de la historia. Dejemos la apatía y de vivir solo para el fin de semana, unámonos y demostremos de qué estamos hechos los verdaderos mexicanos, o callemos para siempre.