¿Vivos o muertos?

En la formación empieza todo y algunos no quieren comprenderlo; las nuevas generaciones subestiman la educación y carecen del amor de familia

Por: Jesús Huerta Suárez

¿Si supieras que el 99 % de los asesinatos en Sonora fueran de delincuentes y entre delincuentes, te preocuparía?

Está de pensarse, primero entran las cuestiones morales, espirituales, legales o humanistas, pero, seguro habrá quien diga ¡que se maten todos entre ellos!

Por tal razón me di a la tarea de preguntar entre conocidos y desconocidos sobre el tema y surgieron algunos puntos importantes como son:

“¿Y dónde quedan las víctimas colaterales de estos ataques; los inocentes?”

“Está bien que se maten, pero que lo hagan allá en el monte; encerrados en un rancho sin molestar a nadie.”

¿Y si se reparten las plazas mediante duelos, como en los tiempos del viejo oeste?, dijo otro.

Madre de familia comenta que la formación es donde todo empieza, pero algunos no quieren comprender, y que las nuevas generaciones subestiman la educación y carecen del amor de familia, y, si le agregas el consumismo que les ensartan todo el día a los jóvenes por todos lados y pues se vuelven locos y quieren todo, entonces se meten al crimen organizado creyendo que ahí encontrarán lo que buscan, pero terminan asesinados, así que si ellos quisieron entrarle a eso, pues que se atengan a las consecuencias, porque en todo lo que decidimos hay consecuencias, ¿qué no?

Otros piensan que una de las razones por la que pagamos impuestos es para que este tipo de personas tengan la posibilidad de rehabilitarse mediante tratamientos físicos y mentales, mientras que otros no están de acuerdo en que se les dé una segunda oportunidad y sugieren pena de muerte para los sicarios.

Alguien muy religioso me contestó: “Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de sus pecados los aprisionan. Morirán por su falta de disciplina; perecerá por su gran insensatez” Proverbios 5: 22-223.

Alguien dijo por ahí: Pues si se están matando entre sicarios al rato ya no habrá ni tiradores, mientras que las autoridades solo van y piden su cuota.

Alguien más conservador dijo: “Por supuesto que ningún ser humano tiene derecho a quitarle la vida a otros bajo ningún motivo”.

¿Y si vemos quiénes aún tienen remedio y se les ayuda; esa es nuestra responsabilidad como católicos, qué no?, cuestionó alguien.

Mientras que otro dijo: Sugiero que opinen los jurisconsultos, (Personas que conocen profundamente la ciencia del derecho y se dedican principalmente a resolver consultas legales).

“Matándose entre sí no se acaba el problema (…) mejor a obligarlos a que tengan un oficio o de perdida a estudiar”.

¿Tú qué opinas?

Jesushuerta3000@hotmail.com

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