Seguridad para motociclistas
Por: Gerardo Armenta
La Semana Santa está a la vuelta de la esquina, dicho sea, así de manera tan coloquial. Días tan propios como los venideros combinan (sin asomo de conflicto espiritual o práctico) una sentida recordación religiosa y un calendario de asueto y jolgorio medido éste en muy diversas proporciones.
Al final, como es propio entenderlo y asumirlo, todo al respecto es decisión de cada quien. Y a propósito, ¿usted definió ya cuál será su destino vacacional en los días de Semana Mayor? Esta suele ser una decisión que suele tomarse mucho antes de la víspera.
Por lo demás, debe ser propio reconocer que lo usual, en un contexto geográfico como el sureño, es que casi medio mundo (por no decir que todo mundo) opte por los destinos playeros cercanos. En principio, allí suelen estar siempre Las Bocas y Huatabampito que nunca se rajan, además de otros lugares no tan afamados pero muy propios para la ocasión. Lo importante para los interesados en la materia es que hay de donde escoger.
Por ejemplo, Álamos es un punto de referencia que ni de broma puede ser ignorado al hablar de este particular tema, habida cuenta de su proverbial ambientación existencial. Muy recomendable (e históricamente demostrado) para quienes no se sienten del todo realizados vitalmente con el bullicio habitual que distingue a las playas vecinas en días como los venideros.
En Navojoa, ¿está usted pensando acudir al Río Mayos durante los días de Semana Santa? De ser así, quizá deba valorar un tanto el sentido de esta eventual decisión. Es así porque, como bien se sabe, ese lugar hace ya buen tiempo que dejó de ser lo que fue durante muchísimos años en el entorno navojoense.
Allí las cosas han venido de mal en peor al paso de los años. Sin duda, lo más triste de todo es que el Río Mayo es lastimosamente eso: un río sin agua. Su cauce es apenas una pinta de agua que genera lástima. Los árboles existentes, que llegaron a ser frondosos en tiempos cercanos o inmemoriales, no ayudan mucho en la acreditación del panorama respectivo.
Durante mucho tiempo fue una especie de tradición que las autoridades municipales llevaran a cabo eventos musicales con distintas atracciones para niños y jóvenes en el ámbito del Río Mayo. En las vísperas vacacionales de Semana Santa se ignora en estas alturas si las autoridades municipales tienen alguna clase de planes al respecto.
Al parecer, el famoso Río Mayo se quedó sin visitantes habituales a lo largo del año desde hace ya buen tiempo. Esta es una evidencia que siempre se vio venir desde que el río perdió esa singularidad definitiva. Y también desde que en lo general todo ese ámbito navojoense quedó olvidado de la mano de las autoridades municipales.
Es increíble que ocurran hechos como los descritos. Sí. Pero no en Navojoa. El gran absurdo o contrasentido al respecto es que, por ejemplo, exista un río…sin agua. Tal tendría que ser el primero de los grandes contrasentidos que habría que poner en claro. Porque un río carente de agua es algo que también podría advertirse como una tomadura de pelo para la ciudadanía. Pues bien: en Navojoa existe una situación exactamente así. Para lo que se guste y mande.
En otro género de asuntos, parecería que el tema significado por los motociclistas que circulan a pleno antojo por las calles de algunas poblaciones del sur de la entidad, ha recobrado un evidente interés público. Un interés que, por lo demás, nunca debió perderse por todo el significado público que entraña en el marco de la vialidad urbana.
En este sentido, el Congreso del Estado busca aprobar una iniciativa de ley que garantice la seguridad de los motociclistas urbanos, por decirlo así. En esencia, se trataría de que cuenten con un seguro de vida y aplicar reformad legales para garantizar una mayor seguridad al conducir sus máquinas. La iniciativa es promovida por el diputado local Próspero Valenzuela Muñer, después de una solicitud planteada por la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación.
La intención es meritoria y seguramente se concretará en buena hora. Pero también tendrá que ser necesario que quienes conducen motocicletas en vía pública (casi siempre por cuestiones de trabajo, hay que reconocerlo) se ajusten a elementales nociones de tránsito. Así se despejarían muchos riesgos existentes hoy en la materia. Es bueno que los motociclistas tengan seguridad que les brinde protección.
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